miércoles, 19 de diciembre de 2012

Acercamiento a los climas

En el primer tema vimos que una consecuencia del movimiento de traslación terrestre era, - además de la distinta duración del día y de la noche, o la sucesión de estaciones- , la existencia de las zonas térmicas. 
Recordad que esto era debido a la distinta inclinación de los rayos solares, pues estos calientan más o menos según caigan perpendiculares u oblicuos. En las zonas cálidas, los rayos caen más perpendiculares, por lo que las temperaturas son siempre cálidas. En las zonas templadas, los rayos caen más inclinados, de ahí que sus temperaturas sean moderadas. Y en las zonas frías caen muy oblicuos, por lo que las temperaturas son siempre muy frías. 
Todo esto hace que sobre la superficie terrestre se puedan distinguir cinco grandes zonas climáticas: una zona cálida, dos zonas templadas y dos zonas frías. Dentro de cada una de ellas se dan varios tipos de clima en función de las temperaturas y de las precipitaciones.
Imagen sacada de Kalipedia 

Los climas cálidos se dan entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio. Aquí las temperaturas siempre son elevadas, superiores a los 18 °C de media, pero hay grandes diferencias en las precipitaciones. 
  • En el clima ecuatorial, las precipitaciones son constantes y muy abundantes, superiores a los 2.000 mm anuales. 
  • En cambio, en el clima tropical, aunque las precipitaciones totales son también muy abundantes, se concentran en unos meses del año; de ahí que en el clima tropical existan dos estaciones: la estación húmeda y la estación seca. 


Los climas templados se extienden desde los trópicos a los círculos polares tanto en el hemisferio norte como en el sur. Se caracterizan por la existencia de cuatro estaciones, con diferencias notables de temperaturas y precipitaciones entre ellas. Los principales climas templados son: 

  • El clima oceánico o atlántico, que tiene temperaturas suaves y precipitaciones abundantes, superiores a los 800 mm, durante todo el año. 
  • El clima continental, que presenta inviernos largos y muy fríos, con temperaturas incluso bajo cero, y veranos cortos y muy cálidos. Las precipitaciones pueden ser abundantes, normalmente por encima de los 600 mm, y se concentran en los meses de verano. 
  • El clima mediterráneo y similares, que se caracterizan por los inviernos cortos y de temperaturas suaves, y los veranos largos y de temperaturas cálidas. Las precipitaciones son escasas, nunca superan los 800 mm, y se concentran en primavera y en otoño. Sin embargo, en la variante de clima chino se dan temperaturas suaves y precipitaciones abundantes, por encima de los 1.000 mm, concentradas en verano. 
Tanto en las zonas cálidas como en las zonas templadas se da el clima desértico, que se caracteriza por precipitaciones muy escasas, inferiores a los 250 mm anuales, y por grandes variaciones entre la temperatura nocturna, fría ,y la del día, muy calurosa.

Los climas fríos son característicos de los círculos polares y de las áreas de alta montaña. Por tanto, se distinguen dos tipos: 

  • El clima polar, que presenta las temperaturas más bajas de la Tierra. Las precipitaciones son casi inexistentes y ocurren en forma de nieve, y difícilmente se alcanzan los 10 °C de temperatura media. 
  • El clima de alta montaña, que presenta temperaturas frías en invierno y suaves en verano, se caracteriza por lluvias abundantes, con frecuencia en forma de nieve en invierno. 
Para que te identifiques con la variedad y la localización de los diferentes climas de nuestro planeta pulsa en la siguiente actividad interactiva de EducaPlus. Como recordatorio podéis ver la siguiente animación de la colección libros vivos y resolved este crucigrama con definiciones.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Surcando el cielo

La atmósfera terrestre vista al atardecer desde el espacio. Imagen: NASA

¿Sería posible la vida en nuestro planeta sin la existencia de la atmósfera? La respuesta a esta pregunta es la negación. No, no es posible.

La atmósfera  es la capa gaseosa que envuelve la Tierra. Gracias a ella es posible la vida en el planeta, pues no sólo proporciona gases imprescindibles para los seres vivos, sino que además actúa de filtro ante las radiaciones solares dañinas, regula la temperatura del planeta y nos protege del impacto de posibles meteoritos y otras partículas procedentes del espacio exterior. Por lo tanto, sin ella no somos nada.
Esta atmósfera no tiene una estructura homogénea, sino que presenta distintas capas de dimensiones y composición diferentes. Para que lo compruebes activa esta animación. Tras la comprobación realiza la actividad propuesta.