Parece ser que sí. Las aportaciones del robot estadounidense Curiosity, que llegó al planeta Marte el 6 de agosto, cada día son más sorprendentes y más trascendentes. En estas siete semanas ya ha ha mostrado evidencias de agua que fluyó en el pasado. No ha encontrado agua, una de las condiciones básicas para la vida, pero sí grava en el planeta rojo, al parecer proveniente del lecho de un antiguo arroyo que fluía en el pasado, anunciaron los responsables de la misión científica.
El robot ha enviado fotos de conglomerados clásicos, rocas formadas por gravas y arena. Los científicos del equipo de la misión dicen que el tamaño y la forma redondeada de las piedras indican que habían sido transportadas y se habían erosionado por el agua.
Los investigadores piensan que el explorador ha encontrado una red de antiguos arroyos.
Parece ser, según los investigadores de la NASA que siguen las evoluciones del Curiosity desde un laboratorio en California y desde Arizona, fueron probablemente moldeadas "hace varios miles de millones de años atrás".
Desde hace tiempo, los satélites han capturado en Marte imágenes de canales en la superficie del planeta que fueron producidas por algún tipo de flujo, se supone que de agua en estado líquido. El descubrimiento del Curiosity en su sitio de aterrizaje en el ecuatorial cráter Gale nos da la primera prueba real de esas observaciones.
Las imágenes transmitidas por el laboratorio móvil Curiosity muestran grava incrustada en una capa de rocas conglomeradas. Una gran losa, de 10 a 15 centímetros de espesor, se levantó del piso en un determinado ángulo. Los tamaños y formas de estas piedras dan una idea de la velocidad y la distancia del flujo de esta corriente, de acuerdo con los científicos. La forma redondeada de algunas de estas rocas indica que fueron transportadas por largas distancias desde la parte superior de la cuenca. La abundancia de canales en la cuenca aluvial sugiere que estos flujos de agua fueron continuos o repetidos durante un largo período de tiempo, y no ocasionales o de unos pocos años, explicaron los científicos.
Imagen procedente del Curiosity y publicada en el diario digital "El observador global" con la grava incrustada en una capa de rocas.
El sitio del descubrimiento se encuentra entre el borde norte del cráter y la enorme montaña que se eleva en su planicie central.
También hay un afán por estudiar la química de los conglomerados, ya que dará alguna información sobre la naturaleza del agua -su pH, por ejemplo- y eso a su vez proporcionará algunas pistas respecto a cómo habría sido el ambiente en el momento.
El Curiosity un complejo vehículo, una máquina de seis ruedas y su conjunto de 10 instrumentos. El vehículo tienen autonomía para un año marciano (dos años terrestres) de estudio. En ese tiempo tratará de determinar si los ambientes del pasado en el cráter Gale pudieron alguna vez haber albergado vida microbiana.
Imagen del Curiosity obtenida de la web de la BBC
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