miércoles, 29 de mayo de 2013

Los mitos según Homero y el mundo Órfico

Por su parte, Homero, el gran creador de la Épica cree que el origen de los dioses y de todo lo demás se encuentra en el Océano. Posiblemente Homero se inspira en relatos contados en la zona del Mar Negro y en Centroeuropa. El habla en la Ilíada de Océano como divinidad fluvial y de como Tetis, la diosa del agua, se convierte en madre de todos los dioses pues el principio de la vida, el agua, llegó fluyendo hasta el extremo de la tierra, formando en su fluir los ríos, los hombres, los monstruos... Con todo de Homero y sus obras ya hablaremos más extensamente. Como muestra de las aportaciones a los mitos y el nacimiento del mundo y de los dioses seleccionados dos himnos homéricos dedicados a Zeus y a Gea 
I.- Cantaré a Zeus, el mejor y el más grande de los dioses, largovidente, poderoso y perfecto; que tiene frecuentes coloquios con Temis, sentada a su lado e inclinada hacia él. 
II.- Salve, madre de los dioses, esposa del estrellado Cielo. Dame, benévola, por este canto una vida que sea grata a mi ánimo; mas yo me acordaré de ti y de otro canto. 

Para los griegos Orfeo y su mundo se relacionaba con la muerte de este semidios y su bajada a los infiernos. El mundo órfico tomará como referencia para su explicación del mundo relatos contados por cazadores y habitantes de los bosques, y que recogen en escritos posteriores el comediógrado Aristófanes, y algunos neoplatónicos. 
Aristófanes cuenta en su libro Las Aves el principio asumido por los órficos: “ En el seno infinito del Erebo primero la noche de alas negras produjo un huevo sin germen de donde, en el curso de las estaciones, nació Eros, el deseado. Con la espalda resplandeciente de alas de oro. Eros semejante a los rápidos torbellinos del viento. Es él quien, habiéndose unido a la noche al vacío alada en el amplio Tártaro, hizo florecer nuestra raza y la hizo aparecer el primer día” 
Por lo tanto, Eros ha salido del huevo que, partiéndose, ha formado la Tierra y su cubierta, el cielo. Eros será el responsable de los abrazos de Gea (la tierra) y Urano (el cielo). De estros abrazos van a nacer Océano, Tetis, Coeos y Cronos. Para los órficos el principio creador se encuentra, pro lo tanto, en el cielo. 
Según los griegos, Orfeo era hijo del dios-rio Eagro y de la musa Calíope. 

Orfeo es el dios cantor, músico y poeta por excelencia; de hecho, se le atribuye la capacidad de amansar a las fieras y la de aplacar la cólera de los hombres, así como apaciguar los elementos de la naturaleza adversos (ciclones, tempestades, grandes mareas). Siempre aparece representado con una lira y una cítara. 
Orfeo sería un personaje más sino fuese por su relación con Euridice, que tendrá terribles consecuencias. Ella, su amada, será mordida por una serpiente venenosa, por lo que muere. Orfeo, desconsolado, decidió bajar a los infiernos para rescatarla. El infierno griego, también llamado Tártaro o Hades, está separado del mundo de los vivos por cuatro ríos: Océano, Aqueronte, Piriflegetonte y Cocito. El infierno está bajo el universo tan lejos “ bajo el Hades como el cielo lo está por encima de la Tierra. Es el centro cósmico de donde proceden las aguas, una caverna, un dominio de tinieblas, húmedo y mohoso, siendo un cenagal reservado a los condenados, en donde están los buenos y los malos. Caronte, en barco, transporta las almas a la otra orilla del Aqueronte, mezcla de fuego y agua glacial. El perro Cerbero guarda las puertas del infierno. Una vez allí tocó su lira, que sonaba tan dulce y tan triste que llegó a conmover a los habitantes del Tártaro (los infiernos) y a sus dioses, Hades y Perséfone. Estos ante la prueba de amor decidieron devolverle a Eurídice con vida, con una condición: no mirarla hasta salir de los infiernos. Cuando estaba a punto de salir de las profundidades infernales, Orfeo, movido por el amor y él desea de ver a su amada, volvió la cabeza, comprobando horrorizado como se desvanecía la sombra de Eurídice. Aunque intentó regresar al Tártaro, Caronte se lo impidió y tuvo que regresar triste y solo al mundo terrenal. 

La leyenda dice que, tras el descenso a los Infiernos, Orfeo instauró unos misterios místicos sobre la base de lo que había visto en el Tártaro. Así se creó una religión esotérica en la que se enseñaba cómo llegar al país de los bienaventurados, evitando todas las trampas que aguardan al alma tras la muerte. Su religión será conocida con el nombre de orfismo y será seguida por algunos griegos como Pitágoras. De su estancia en los infiernos Orfeo trae gran número de informes de cómo pasar el cabo de la muerte, evitar ser maldito para siempre y alcanzar el país de los bienaventurados. De aquí proceden los orfeotelestes, muy numerosos en el siglo VI a. C. Son una especie de vagabundos que recorren el país, de ciudad en ciudad, proponiendo obtener para todos el perdón de los pecados. Visten de blanco, no comen carne, rechazan todo contacto con cadáveres. Enseñan la inmortalidad del alma y la impureza del cuerpo. Consideran la muerte como una liberación. Finalmente, Orfeo muere asesinado por las celosas mujeres tracias, y su cuerpo despedazado, aunque su cabeza y su lira siguieron entonando canciones. 
A Orfeo se le atribuyen multitud de poemas que hablan sobre los dioses, el mundo y el origen de ambos. Estos poemas órficos serán recogidos entre otros por Aristófanes, Ovidio y otros apócrifos, como los siguientes. 
 A OCÉANO 
“ Invoco a Océano, padre incorruptible y eterno, origen de los dioses inmortales y de los mortales humanos, que con sus olas circunda el contorno de la tierra. De él derivan todos los ríos y todo el mar, y las puras y corrientes aguas que manan de la tierra. Escúchame, bienaventurado y muy dichoso, grandísima esencia purificadora de los dioses, fin natural de la tierra, principio del firmamento, que te mueves a través de las aguas. Ven, por favor, benévolo y contento para con tus iniciados.” 
A ZEUS RELAMPAGUEANTE
“ Te invoco, grande, sagrado, estruendoso, ilustre, aéreo, llameante, veloz como el fuego, de resplandor celeste, que produces destello de las nubes con ruido de alborotadas carreras; terrible, de pesada cólera, sagrada e invencible deidad, Zeus relampagueante, creador de todo, excelso soberano, te pido que nos proporciones, un dulce final de vida”. Con todo la mejor aportación al mundo órfico lo encontramos en la obra de Aristófanes Las Aves una obra en clave política que da información sobre esta corriente “religiosa”. 
 ARISTÓFANES Y LA TEORÍA ÓRFICA (en Aves)
“ En el principio era Caos, Noche, el negro Erebo y el amplio Tártaro. No había entonces ni tierra ni aire ni cielo; y en el seno desconfinado de Erebo, Noche, de alas negras, engendra ante todo un huevo que el aire levanta, del que, en las estaciones que vuelven en círculo, despuntó Eros el deseable, con la espalda refulgente por dos alas de oro, parecido a dos remolinos de viento. Y éste, de noche, mezclándose con Caos alado, en el amplio Tártaro, dio salida a nuestra estirpe, y la condujo por primera vez a la luz. Hasta entonces los inmortales no tenían estirpe, antes que Eros lo hubiese mezclado todo. Pero, una vez que se mezclaron unas cosas con otras, nacieron el Cielo y Océano, y Tierra y la estirpe indestructible de todos los dioses felices.”

martes, 28 de mayo de 2013

Los juegos olímpicos

Una característica del pueblo griego frente a otros pueblo antiguos es considerar el ejercicio corporal como un factor tan importante como la formación intelectual. Fruto de esta educación es la existencia de un gran entusiasmo popular por el deporte y las competiciones atléticas. Los helenos no separaban lo deportivo de lo religioso ni de lo cultural. Prueba de ello será que durante la celebración de los Juegos tenían lugar diversos concursos artísticos : certámenes de poesía, música, canto y narraciones. Todos ellos tenían lugar en Olimpia en el llamado Pórtico del Eco. 




El pueblo griego disfrutaba de las grandes fiestas locales que suponían la celebración de las fiestas panhelénicas, que se celebraban en competiciones o agones. La institución de estos juegos milenarios se atribuyen a diversos héroes locales como Augias, Hércules Tebano o Pisos –el fundador de Pisa -, entre otros y puestas bajo la tutela del dios protector de esa polis. Los juegos panhelénicos, denominadas así al congregar a representantes de todo el mundo griego fueron cuatro: Olímpicos, Istmicos, Píticos y Nemeos.


Imagen del Estadio de Olimpia (Grecia)Los Juegos olímpicos en la antigüedad eran los más famosos de los cuatro juegos antiguos celebrados por los griegos; los otros tres eran los juegos ístmicos, los píticos y los nemeos. 

Los juegos olímpicos más antiguos y prestigiosos tenían lugar en el santuario de Zeus en Olimpia en honor al rey y padre de los dioses y mortales. La ciudad de Olimpia, situada en la región de la Élide, al norte del Peloponeso, fue uno de los centros religiosos más importantes de la Grecia Clásica. 

Los juegos olímpicos se celebraban en Olimpia en verano, cada cuatro años (periodo llamado olimpiada), ya que era el emplazamiento del santuario más importante del dios Zeus. La primera olimpiada data del 776 a.C., aunque los juegos, lo más probable, es que empezaran antes. Estos juegos tenían un carácter religioso a la vez que deportivo. En sus orígenes tenían un marcado carácter local, pero con el tiempo fueron participando en estos juegos atletas de otras polis; finalmente en el siglo VI a de C pasaron a ser Juegos panhelénicos. 

Su importancia era tal que los griegos utilizaron la fecha de inicio de los primeros juegos (776 a. C.) como cómputo para todos los griegos. Los griegos zanjaban, al menos momentáneamente, sus diferencias políticas e incluso guerras durante los siete días que duraba la fiesta, a pesar de que en principio los juegos un solo día. La tregua sagrada implicaba que todas las ciudades habían de respetarla, de modo que no podían ni declarar ni continuar guerra alguna. 
La organización de los Juegos. 
El Consejo Olímpico era el encargado de organizar los juegos. En la época clásica sus miembros elegidos por un periodo de cuatro años , eran diez. 
Debían de residir en Olimpia y tenían como misión administrar el tesoro de Zeus, compuesto por tributos procedentes de las cantidades que se exigían en concepto de ayuda militar, alquiler de terrenos en el santuario, donaciones y sanciones a los participantes. También les competía seleccionar a los atletas, supervisar sus entrenamientos, dirigir los ritos de purificación, clasificar e inscribir a los participantes según la edad, inspeccionar las instalaciones, dirigir el desarrollo de las pruebas, conceder premios y de imponer las sanciones (descalificaciones, multas o castigos corporales, generalmente latigazos). 
Dado el carácter religioso de los juegos unos sacerdotes tenían a su cargo la dirección de los sacrificios y la supervisión de todas las instalaciones sagradas. 
A principios del año de los juegos, se enviaban mensajeros o heraldos especiales , los spondoforoi, que lo iban anunciando por todo Grecia para invitar a las ciudades-estado a homenajear a Zeus. Éstas enviaban delegaciones para competir en esplendor y en actividades atléticas con otras delegaciones. 

En las competiciones sólo podían participar hombres honorables de ascendencia griega y durante su celebración se cumplía la denominada tregua olímpica que implicaba la paralización de los conflictos bélicos. 

Al principio los juegos se realizaban en la plaza y las calles, y así se mantuvieron en lugares pequeños. Mas tarde aparecerán lugares específicos para la celebración de las diferentes pruebas como serán los estadios y los hipódromos. Los juegos pasaron de ser un festival de atletismo y lucha que duraba un día, a convertirse en una celebración de cinco días con diferentes pruebas, en el 472 a.C., y en el 350 a.C. adquirieron las características definitivas que les hicieron tan célebres para la posteridad. 
El primer día comenzaban con ritos religiosos ofreciendo sacrificios al altar de Zeus , así como a otros dioses, en los que se recitaba el juramento y se encendía el fuego sagrado , y a determinar el orden y los participantes de los posteriores torneos. No se conoce con precisión el orden de las pruebas. 
El segundo día, después de un llamativo desfile en el que participaban los que iban a participar en las pruebas ecuestres, comenzaba con toda probabilidad, con carreras pedestres, para las cuales los espectadores se reunían en el estadio. 
La tercera jornada, que transcurría alrededor de las competiciones infantiles, iniciados así a partir del 472 a. C., se dedicaba también al culto, llevándose a cabo sacrificios en honor a Zeus. 
Los días siguientes se dedicaban a las pruebas deportivas para los adultos que al igual que las otras eran vigiladas por unos jueces. 
El quinto día, en el templo de Zeus, se proclamaba solemnemente a los vencedores, entregándose los premios. 
Los espacios deportivos: el estadio y el hipódromo. La palestra. 
El estadio era una pista estrecha y larga. En un principio no existía una distancia homologada, por lo que encontramos estadios (Olimpia, Delfos, Epidauro) con medidas diferentes. La pista del estadio de Olimpia medía 129´ 27 metros de largo por 30 de ancho. Se construía utilizando dos pendientes naturales: la línea de salida y, en el lado opuesto, la línea de llegada. Ambas limitaban las pistas. Detrás de la línea de llegada se situaban los jueces de la competición. Las pruebas atléticas y las de combate se realizaban en el estadio. 

El hipódromo estaba constituido por una pista con una barrera central. Esta barrera estaba situada entre dos mojones, separados por una distancia de dos estadios (384´5 metros). Toda la pista a su vez estaba rodeada de un graderío. En el lugar de salida, que tenía forma de punta, había una estatua de un águila y otra de un delfín, que podían inclinarse. La estatua del delfín indicaba que la prueba se estaba preparando, mientras que el águila se utilizaba para señalar el inicio de la prueba. 


La palestra era un lugar al aire libre, rodeado de una columnata, detrás de la cual había habitaciones. En el patio interior los atletas se ejercitaban en los deportes de combate y en el salto de longitud. En este patio había unos fosos y pozos: skamma y keroma. El primero estaba lleno de arena suelta, desde los luchadores, los boxeadores y los saltadores se entrenaban. El keroma contenía una capa de aceite y barro para los pancratistas. Se ponía mucho cuidado en el mantenimiento de estas instalaciones, y los propios atletas se ocupaban de ello: picaban el suelo, ablandando la tierra y limpiándola. 

La ciudad de Olimpia. El santuario de los juegos. 
El santuario de Olimpia contaba con todas las instalaciones necesarias para llevar a cabo tan importante acontecimiento. En el plano deportivo los espacios centrales eran el stadium, donde se celebraban las pruebas, y la palestra, lugar que servía de alojamiento y entrenamiento a los atletas. En cuanto a las edificaciones dedicadas al culto, en Olimpia se encontraban numerosos templos. Entre ellos el edificado en honor a Zeus, que fue el mayor templo de la Grecia continental, que alzaba en el centro de la ciudad y para el que el Consejo de Olimpia contrató los servicios del escultor Fidias hacia el año 438 a. C. 

La misión de Fidias era realizar una escultura de Zeus. Con la técnica Crisoelefantina, que consistía en cincelar en marfil y añadir por encima pan de oro, el escultor realizó una monumental obra que superaba los 12 metros de altura. Esta gigantesca obra de Zeus sentado sobre un trono adornado con piedras preciosas , en la que el dios sostenía en su mano una Niké (Victoria) y que con la mano izquierda sujetaba un largo báculo coronado con la mano de un águila resistió durante siglos los saqueos, aunque no pudio superar los efectos de un terremoto en el siglo VI. 
El origen mítico de las Olimpiadas: El papel de Pelops y Heracles. 


Existen dos posibles adscripciones. Para unos todo comenzó cuando el rey Enómao prometió la mano de su hija Hipodamia a quien lograse vencerla en una carrera de carros, algo que era imposible, puesto que contaba con los caballos celestes que le había cedido su padre Ares, dios de la guerra. Pese a todo, un joven, Pélope se presentó a la competición quedando Hipodamia enamorada de él. Ambos buscaron la complicidad de Mirtilos, el auriga del rey, para que cambiara las clavijas del carro real por unas de cera. Durante la carrera, las clavijas se rompieron y Enómao murió, con lo que Pépole pudo casarse con su amada. Según la leyenda el príncipe instauró las Olimpiadas para celebrar su victoria. 

Por su parte el poeta Píndaro en una de sus odas, atribuyó el origen de los juegos a Heracles. El rey Augias de Élide tenía sus estables repletos de estiércol, por lo que solicitó ayuda a Hércules, ofreciéndole parte de sus s tierras. Para ello el forzudo héroe desvió el curso de los ríos Alfeo y Peneo para que pasaran por los establos y los limpiaran. Cuando el rey se negó a pagar, Herakles ser enfrentó con él, lo derrotó y organizó la celebración de los juegos en honor a su padre, Zeus. 
Sin embargo, Pausanias en su obra “Descripción de Grecia” dice sobre la fundación de los Juegos Olímpicos lo siguiente: “ De los Juegos Olímpicos los eleos dicen que (...) Heracles propuso un juego a sus hermanos: una carrera. Al vencedor de la misma le coronó con su ramo de acebuche (...). A Hércules Ideo corresponde, pues, la gloria de haber fundado los Juegos y de haberles dado el nombre de Olímpicos. Y decidió que se celebrasen cada quinto año, porque él y sus hermanos eran cinco.” 
Las Pruebas Deportivas 
 a. Las Carreras 
En las primeras Olimpiadas, las únicas pruebas que se celebraban eran las de las carreras, en las que los participantes iban completamente desnudos. Después se fueron incluyendo otras disciplinas. 
El lugar de celebración de las carreras era el estadio. Como ya se ha indicado era una zona rectangular rodeada por bancos de tierra en pendiente. Era una explanada de unos 200 metros de longitud por unos 30 de ancho. En la salida (afesis) había unas losas o travesaños y la llegada (terma) estaba marcada por unos bloques de piedra de profundos surcos. Los atletas corrían, probablemente, sobre una superficie de arena aplanada y, en las carreras superiores a 200 metros, debían de realizar giros de 180 grados en torno a un poste llamado kamptér. 

Al igual que ahora, también se producían salidas falsas, por lo que se fueron inventando diversos sistemas de salida, que se conocen gracias a los hallazgos arqueológicos. Se sabe que en el estadio de Istmo, en el siglo V a. C, se construyó un hysplex, que consistía en colocar entre los postes de salida una barrera que se mantenían en posición vertical por unas cuerdas, cuando el encargado soltaba las cuerdas las barreras caían simultáneamente. No se sabe por restos arqueológicos si en los estadios existían calles delimitadas para cada atleta. 

Entre las pruebas de carreras se encontraba la de velocidad denominada estadio o stadion (192, 27 metros), que consistía en recorrer una vez el estadio (esta prueba era la única competición de la que constaban los Primeros juegos olímpicos del 776 a. C.). Posteriormente se incluyeron otras modalidades como el diaulo o doble estadio (de medio fondo), prueba de unos 400 metros ya que recorrían dos veces el estadio, girando en torno a unos postes. , y el dólico o carrera de fondo que podía variar, según el lugar y el periodo, entre los 1400 y los 4400 metros, que venían a ser unas veinticuatro vueltas al estadio. El estilo de los corredores del dólico es totalmente diferente al de los velocistas, pues el tronco está más erguido, las rodillas menos levantadas y los brazos no tan vehementemente agitados. En la salida , el atleta estaba de pie, con las piernas separadas, algo inclinado hacia delante, ya que el peso del cuerpo recaía principalmente sobre el pie delantero y con los brazos levantados. Los griegos desconocían la salida en posición agachada, con la de los atletas actuales.. 
El escritor Folóstrato describe la diferencia a la hora de correr: “(...) Los corredores del estadio (...) impulsan sus piernas con los brazos (...) como si tuvieran alas. Los corredores del dólico sólo lo hacen cuando una carrera llaga a su fin, mientras que parecen correr normalmente el resto del tiempo, con las manos cerradas en puño”. 

Estadio de la ciudad de Afrodisias, actualmente en Turquía. 

En el año 520 a. C se incorporó otra carrera a las competiciones, el hoplitodromo. Estaba reservada a los hombres que corrían vistiendo una armadura compuesta por casco, un escudo y, en tiempos más antiguos, grebas que posteriormente fueron eliminadas. El hoplitódromo presentaba a los corredores preparados para una batalla en carrera con yelmo y escudo. 
b. Deportes de combate 

Los otros días se celebraban luchas, boxeo y el pancracio, una combinación de las dos. La lucha está considerada como una de las prácticas deportivas más antiguas y formaba parte de la educación física de los jóvenes, que se entrenaban duramente en la palestra. 

Palestra de Olimpia (arriba) 

La lucha, consistía en derribar al contrario por medio de llaves e inmovilizarlo. Era parte del pentatlón, pero también consistía en una prueba independiente. Previo al combate los participantes eran masajeados con aceite , para hacerlos más escurridizos. El combate se realizaba en el centro del estadio, en un círculo que previamente se había cavado, removido y, con frecuencia, regado. Comenzaba con un cabezazo, los luchadores se acercaban, intentando agarrar firmemente las muñecas y el cuello del adversario. El objetivo final era hacer que el contrario tocara tres veces el suelo con su espalda, para lo cual se usaban diversos tipos de llaves. Si ninguno de los dos contendientes lograba ganar, se consagraba el triunfo a la divinidad.

 Púgiles luchando





El pugilato o boxeo , introducido en los juegos del año 688 a. C. Era una de las pruebas más duras y los vencedores de esta prueba como los de pancracio eran inscritos en una lista especial encabezada por el nombre de Hércules., Parece ser que este deporte lo crearon los espartanos como entrenamiento para la dureza de la guerra. Sin embargo, los frescos de Thera (como vemos en la imagen de la derecha) y Creta muestran ya el combate de puños en época minoica., aunque llevaban una prenda para taparse sus partes pudendas. 

Este deporte se hizo cada vez más duro; al principio los pugilistas se envolvían los dedos en tiras de cuero blando, llamadas himantes, para amortiguar los golpes y dejaban algunos dedos libres , pero más tarde se usó cuero duro, e incluso le añadían metal para aumentar el peso. 



Imagen de un púgil descansando y con la nariz rota y detalle de los himantes
Los boxeadores al igual que los pancreatistas se entrenaban en una sala, el coriceo. Sin embargo, se desconoce el lugar de la competición. Este deporte se atribuía al díos Apolo. No existían categorías por peso ni tiempo que acotase el combate. Al comenzar el combate, el boxeador más avispado trataba de conseguir una buena posición, procurando tener el sol a la espalda, para que el adversario quedara deslumbrado por la luz. Eran habituales los golpes dirigidos al mentón o la cabeza, e , incluso, a los genitales; en cambio, estaba prohibido coger al rival de las manos. Si la lucha se prolongaba en exceso los boxeadores tenían la opción de pasar al clímax, que ganaba el que soportaba mejor un puñetazo del rival sin protección alguna. Al igual que el pancracio uno de los contendiente reconocía su derrota si levantaba un dedo. 

En el pancracio, el deporte más riguroso, la competición continuaba hasta que alguno de los participantes reconocía la derrota. El pancracio era una combinación de lucha y boxeo, pero se distinguía de ellos por ser un combate que se permitía en horizontal, en el suelo. Se realizaba en el centro del estadio sobre el terreno endurecido y, en ocasiones, regado. No se conocen bien las reglas, pero parece que casi todo estaba permitido: manotazos, aplastamientos con los pies, puñetazos, zancadillas, pegar patadas en el estómago, enlazar el abdomen con las piernas para asfixiar al contrario, golpes en la cara, aplastamiento, estrangulación, rotura y desencaje de miembros, etc, salvo el meter los dedos en el ojo del contrario y los mordiscos. 

La prueba más dura, el Pankration 

Cuando hay una representación de algunas de estas acciones, siempre se dibuja al árbitro con la vara levantada, para usarla contra el infractor. El combate duraba hasta que uno de los contendientes desistía, para lo que el atleta señalaba su derrota levantando un dedo. 

c. El salto de longitud. 
La prueba de salto era de longitud, no de altura, estaba considerada como una prueba de dificultad puesto que los atletas llevaban unas pesas en cada una de las manos llamadas alteres (alteres), que les servía para impulsarse y de las que luego se desprendían en el aire, en pleno salto. Las había de piedra o metal, con formas y peso muy variadas; las más frecuentes presentan una forma ligeramente abombada y tiene unas hendiduras a los lados para facilitar el agarre. 

Los atletas iniciaban el salto extendiendo ambos brazos hacia delante; al mismo tiempo flexionaban las piernas y las levaban al punto de mayor extensión para propulsarse de forma que ,durante el salto, piernas, tronco y brazos quedan en línea; por último, llevan los brazos hacia atrás para aterrizar. 

El salto, al parecer, era múltiple, aunque el uso de alteres hace pensar en un salto único. Era una prueba importante tanto en la formación física de los jóvenes como en el entrenamiento de los adultos en el gimnasio. La prueba de salto se celebraba en un escenario muy parecido al actual; tenía una pista de impulso para la carrera y una recepción para la caída, antes de la cual debía de saltar el atleta. 
d. Los lanzamientos. El lanzamiento de jabalina y disco. 
Se desarrollaban en el estadio, que era de forma rectangular con un talud a su alrededor para los espectadores. orden exacto y el método usado para determinar al ganador. 

El disco era un plato de bronce, lo más probable en forma de lente o placa plana algo más gruesa por el centro que en los bordes. Desde el siglo V a. C se fabrican en bronce, y su tamaño y peso se reducen. El disco estándar moderno, de 21 cm de diámetro y 2 kilos de peso se corresponde con un ejemplar hallado en Egina. Se lanzaba desde el bálbis, zona estrecha y delimitada, cerrada por delante y por los lados y abierta por detrás. 

En la fase preparatoria, el atleta adopta una posición ligeramente inclinada hacia delante con las piernas separadas para conseguir un mayor equilibrio. En esta postura hace oscilar el disco uno o varias veces de abajo a arriba hasta la altura de la cabeza. A continuación el atleta mueve el disco al tiempo que gira el cuerpo y se echa ligeramente hacia delante. De este modo logra la suficiente tensión para lanzar el disco en una acción que va de atrás hacia delante. 
En la fase final del lanzamiento, el atleta efectúa una rotación de todo su cuerpo, con el disco en el brazo que balancea hacia delante; el brazo izquierdo estirado al frente se amolda a la curvatura del cuerpo; la cabeza, muy girada hacia la derecha, remata la acción. Por lo demás, no se sabe si se trataba de un lanzamiento con carrerilla o sin ella. 

La jabalina se arrojaba con la ayuda de una cinta enrollada o correa de cuero de unos 40 cm en el asta, la ankile, que terminaba en una especie de lazo en donde el atleta ponía uno o dos dedos para lanzarla. Esto producía un movimiento de rotación dándole una mayor distancia y precisión. Apretar bien la ankile era fundamental para lograr un buen lanzamiento. Tenía una longitud semejante a la de la estatura humana y llevaba una cabeza de metal, normalmente redondeada, cuya función era acumular más peso en su parte delantera, lo que probablemente influía en la distancia y en la estabilidad. El lanzamiento se efectuaba desde el balbís, que en los vasos se representa como una pequeña columna. 

La prueba de jabalina estaba subdividida en tres apartados: longitud, precisión y precisión a caballo. 
e. El pentatlón 
A la carrera de caballos le seguía el pentatlón, prueba introducida con posterioridad a la 18 ª Olimpiada (708 a C) , una serie de cinco pruebas donde se combinaba la fuerza con la velocidad: velocidad, salto de longitud, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco y lucha; se desconoce su orden ni como se determinaba a su vencedor. El pentatleta es el deportista más completa, porque, como decía Aristóteles, está naturalmente dispuesto para la fuerza y la velocidad al mismo tiempo. 

 Salida y meta del originario estadio de Olimpia 
f. Los deportes hípicos 
Las pruebas hípicas se realizaban en el hipódromo. El hipódromo griego no era como el romano pues era un espacio amplio, abierto, sin spina, con una columna a cada extremo, en torno a la que giraban los caballos y carros. Una marcaba la salida y la llegada ; la otra, el punto de retorno. 

Los participantes salían al mismo tiempo de una misma línea, lo que daba lugar a una desigualdad de oportunidades, dado que los giros se hacían siempre hacia la izquierda, con lo que el tiro que tomaba la salida en el lado derecho tenía pocas oportunidades de llegar en buena posición al primer viraje. Tal vez por ello, el arquitecto Cleetas inventó un mecanismo consistente en colocar una barrera de cuerda delante de los compartimentos para los carros, que se irían soltando de dos en dos comenzando por los de más atrás.

Aunque sólo los más ricos podían participar en las carreras de caballos, en las que cada participante era dueño de su caballo, este tipo de competición fue una de las atracciones más populares y levantaban gran expectación. Una de las carreras hípicas consistía en dar doce vueltas en cuadrigas . Era, además, el único deporte de competición en el que el premio no recaía en los jinetes ni en los aurigas, los auténticos protagonistas de las pruebas eran los propietarios de los caballos. Los carros eran guiados por cocheros o aurigas. 

Existían diversas modalidades y se clasificaban atendiendo al tipo de vehículo utilizado y el número de caballos utilizados: tethrippon o cuadriga (cuatro caballos tirando del carro), synoris o biga (dos caballos) y combinaciones similares con potros y mulas. El carruaje de base era una biga de timón tirada por dos caballos en un yugo dorsal. El carro de carreras era muy ligero, con una caja montada directamente sobre el eje; no hay ballesta y las ruedas son pequeñas con cuatro radios montados en el crucero. 

La cuadriga es una adaptación de la biga tradicional, con dos caballos exteriores fuera del yugo y sujetos mediante correas, lo que implicaba una enorme dificultad para su conducción. En esta prueba era donde los participantes debían de demostrar su pericia, puesto que era el lugar para choques y accidentes. También podía haber pruebas de carros de dos ruedas tirados por cuatro caballos y el cochero de pie. Al no conocerse las riendas bifurcadas, el conductor tenía dos riendas por caballo, es decir, ocho para un cuadriga, sujetándolas en un haz o separándolas entre los dedos cerrados sobre ellas. 

Pintura sobre cerámica que hace referencia a las pruebas hípicas 
La carrera de cuadrigas fue la primera en introducirse en las competiciones oficiales, en el 689 a. C, y sucesivamente, las demás. 
Los atletas 
En Grecia, los competidores eran ciudadanos y de familias nobles. Las condiciones exigidas para los participantes eran cinco: 
1. Ser griegos. 
2. Ser libres. 
3. Haber nacido de matrimonio legítimo. 
4. No haber sido deshonrados. 
5. Haber entrenado durante los diez meses anteriores a la competición, el último de ellos en Elis. 

De entre los atletas más laureados se encontraba Leonidas de Rodas que destacó como uno de los mejores corredores olímpicos y fue el líder en tres modalidades de cuatro Olimpiadas consecutivas. Más tarde la gloria llegaría a los atletas de combate. Teagenes de Tasos obtuvo fama en el pancracio y a su muerte le dedicaron una estatua en su localidad natal. Milón de Crotona fue otro luchador, dotado de tal fortaleza física que se decía de él que era capaz de cargar con una vaca sobre sus hombros. También el boxeo contó con algunas estrellas como fue Diágoras de Rodas, que hizo estragos entre sus adversarios; su directo era tan celebrado por el público como temido por sus rivales. Mucho más original resultaba el estilo de Melankoma de Caria, quien se enorgullecía de no haberse herido jamás no de haber causado herida alguna. Este púgil se dedicaba a esquivar a sus contrarios hasta que éstos, exhaustos, admitían su derrota. 
Entre los que practicaban salto destacó el atleta Failo de Crotona que habría saltado a comienzos del siglo V a. C, en los Juegos Píticos, unos 55 píes, es decir, 17´62 metros. 

El final de las pruebas. Los premios ...y las sanciones. 
La prueba de clausura se trataba de una carrera en la que los atletas corrían con la armadura puesta. 
Ponía broche final una procesión solemne y un banquete. Los nombres de los vencedores, el de su padre y su patria eran proclamados por los heraldos. 
Los ganadores , tras ser proclamados solemnemente vencedores, recibían como premio guirnaldas o coronas de olivo una corona de olivo, laurel o apio, una palma y eran homenajeados por los poetas; también se grababa su nombre en las lápidas de mármol y placas de bronces que eran las listas oficiales que confeccionaba el Consejo Olímpico. La ceremonia de coronación en Olimpia se celebraba ante el templo de Zeus. Cuando llegaban a sus ciudades de origen recibían todos los honores, pues otorgaban fama a sus ciudades de origen. Con frecuencia los poetas les convertían en celebridades, y vivían el resto de sus vidas a costa del erario público. La gloria pues ésta era inmensa como señaló Platón:
“La victoria de los vencedores de Olimpia es más hermosa, y el sustento que les da el pueblo más completo. Su victoria es la salvación del pueblo entero y obtienen por corona, tanto ellos como sus hijos, todo el sustento que su vida necesita: reciben en vida galardones de su propia patria y al morir se les da con digna sepultura” Platón, La República,465. 
Los atletas que infringían el reglamento eran sancionados. Las sanciones dependían de la infracción. Entre los motivos de sanción se puede señalar la violación de la tregua sagrada, el uso de artes innobles, el dar muerte al adversario, salir anticipadamente en las carreras...Se podían recibir sanciones de tipo político, económico, deportivo o corporal. 
La mujer en los Juegos Olímpicos. 
Las mujeres no podían participar en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, esto no quiere decir que el deporte estuviera vetado a ellas. En Esparta, por ejemplo, las mujeres eran entrenadas en disco, lucha y pugilato. En Olimpia las mujeres competían en una carrera que se celebraba durante los juegos Héreos, que tenían lugar cada cuatro años en Olimpia en honor a Hera y que estaban destinados exclusivamente a las mujeres. Las participantes, vestidas con túnica, recibían en caso de victoria una corona de olivo y un trozo de vaca sacrificada en honor a Hera. Estos juegos estaban organizados por un Comité, compuesto por dieciséis mujeres. 
El final de las Olimpiadas. Los otros juegos. 
A pesar de las guerras y los conflictos los juegos nunca se suspendieron. Sólo los del año 364 a. C dejaron de ser olímpicos, pues la ciudad permanecía en poder de los invasores arcadios. Éstos, después, reorganizaron los juegos, que siguieron celebrándose durante cerca de 1.200 años con gran éxito. Los juegos olímpicos alcanzaron su máxima popularidad en los siglos V y IV a.C. En el 393 d.C. , cuando la Hélade pertenecía desde hacía tiempo al Imperio Romano, se celebraron los últimos juegos olímpicos, la 293 ª olimpiada, que fueron definitivamente prohibidos por el emperador Teodosio I el Grande los suspendió por su simbología pagana, cerrando el santuario de Zeus. El resto de emperadores cristianos al considerarlos como un símbolo del paganismo mantuvieron esta prohibición. 

Los otros juegos se celebraban en Delfos en honor a Apolo (píticos) y en Corinto (Istmicos) consagrados a Poseidón, y de Heracles y Adrasto en Nemea (Nemeos), aunque celebrados en honor a Zeus Nemeo.

Estadio de Delfos 
En el año 586 a. C comenzaron los Juegos Pitios, en Delfos, que se celebraban cada cuatro años en honor a Apolo para conmemorar su victoria sobre la serpiente Pitón. Los vencedores en las pruebas obtenían una corona de laurel. En un primer momento, los pitios eran más artísticos que deportivos, puesto que sus participantes competían demostrando su habilidad en el canto, la interpretación con lira o flauta y las actuaciones dramáticas, pero más tarde incluyeron competiciones atléticas e hípicas. Al igual que los Olímpicos tenían lugar cada cuatro años.
Los istmicos , que se celebraban desde el año 582 a.C en el santuario de Poseidón en Isthmian, cerca de Corinto, y mezclaron las pruebas atléticas, las hípicas con las artísticas (musicales) y naúticas. Se celebraban cada cuatro años y la recompensa era una corona de pino. Se atribuye su fundación legendaria a Teseo. 
Los Juegos Nemeos, que desde el 573 a. C conmemoraban la victoria de Heracles sobre el león de la montaña de Nemea. Se celebraban en verano, cada dos años, en el segundo y cuarto año de cada Olimpiada. Estos sí eran juegos mayoritariamente deportivos (atléticos, hípicos...). Al vencedor se le entregaba una corona de mirto o de apio silvestre.

Otras competiciones deportivas se desarrollarán en otras polis griegas, como Epidauro, Megara, Platea, Egina y Atenas. 

En Atenas se celebraban las competiciones llamadas Panatenaicas, en honor a Palas Atenea, la diosa que daba nombre a la ciudad. Las Panatenaicas fueron fundadas en el año 568 a C por Pisístrato y más tarde serán potenciadas por Pericles. Como en el resto de juegos, constaban de acontecimientos deportivos y religiosos. El evento religioso más importante consistía en la procesión del Peplo de la diosa y el sacrificio ritual; entre los deportivos puede destacarse la carrera del estadio - con premios en metálico- , la carrera de cuadrigas y la carrera de antorchas. 

Lee el siguiente texto que habla de un héroe de los juegos Panhelénicos al que Píndaro en su obra “ Olímpica” lo alaba: 
“ Pues en Olimpia él solo consiguió el premio, más en Pitón y en Istmo a él y a su hermano, también victorioso, comunes gracias llevaron coronas de cuadrigas que doce vueltas corrieron. Alcanzar lo que se persigue libera de las preocupaciones de la contienda. La riqueza, ornada con las virtudes, proporciona ocasión unas y otras cosas, llevando consigo una profunda inquietud ambiciosa, un astro resplandeciente, la más verdadera luz para un hombre. ¡ Y si, además de poseerla, conoce el porvenir! Que los espíritus criminales de los que aquí mueren al punto pagan sus culpas y que los pecados cometidos en este reino de Zeus los juzga alguien bajo tierra, pronunciando la sentencia con hostil facilidad”. 
Desde el año 1896, a finales del siglo XIX, en un contexto histórico evidentemente muy diferente se reanudaron bajo la misma denominación, Juegos Olímpicos, aunque se suele añadir el segundo adjetivo de ‘modernos’ para diferenciarlos de forma notoria de sus ilustres predecesores. 
Los Juegos Olímpicos modernos recuperaron los clásicos aunque con algunas diferencias. Sin embargo, las fiestas y los juegos públicos en su mayoría tenían un origen religioso o fúnebre así que además de las pruebas deportivas propias de los juegos panhelénicos había otras, que pueden verse en el siguiente esquema:

viernes, 24 de mayo de 2013

Una mujer como Pandora


El estudio de la mujer en Grecia y Roma es sumamente complicado por tratarse de una situación casi anónima y porque las noticias que tenemos de ellas , casi siempre, proceden de textos escritos por hombres. Lógicamente éstos muestran la ideología propia de la época: la discriminación de la mujer. 
Aristóteles, el gran filósofo, por ejemplo considera a la mujer materia frente al hombre que forma parte del espíritu, excluyéndola, por tanto, del lógos (la lógica y la razón) justificando así su situación discriminada en esta sociedad. Leamos este texto: 
 “La naturaleza, teniendo en cuenta la necesidad de la conversación, ha creado unos seres para mandar y otros para obedecer. (...). La naturaleza ha fijado la condición especial de la mujer y la del esclavo (...). Estas dos asociaciones, la del señor y la del esclavo, la del esposo y la mujer, son las bases de la familia y Hesíodo lo ha dicho muy bien: La casa, la mujer y después el buey arador, porque el pobre no tiene otro esclavo que el buey. La asociación natural y permanente es la familia; la asociación de muchas familias (...) es el pueblo. (...). La asociación de muchos pueblos forma un estado completo.”. 
Aristóteles, La Política,I, 1. 
Hesíodo intentó explicar también el origen y el papel de los hombres en el mundo en otro libro llamado “Los Trabajos y los días”. En él nos cuenta como aparecen los hombres y dice lo siguiente: 

 “ Al principio, los dioses que habitan en el Olimpo crearon una estirpe dorada de hombres mortales. Estos hombres vivieron aún cuando Cronos reinaba en el Cielo y vivían como dioses, libres de toda preocupación, fatiga y miseria. No trabajaban el campo, sino que éste espontáneamente les ofrecía abundantes y extraordinarios frutos. La vejez nunca les llegaba, sino que siempre la vitalidad movía sus brazos y sus piernas. Y cuando morían, parecía que quedaban sumidos en un sueño apacible. Eran muy queridos por los dioses. 
Después, los dioses olímpicos crearon una segunda generación, muy diferente a la anterior: los hombres de plata. No podían compararse a los hombres dorados ni en aspecto ni en inteligencia. Durante cien años los niños permanecían en su hogar sumidos en una vida completamente infantil, y cuando llegaban a la juventud, vivían poco tiempo y su vida estaba llena de sufrimientos y penalidades, de las que no sabían salir a causa de su ignorancia. 
Zeus creó después una tercera estirpe de hombres de bronce, nacida de los fresnos, muy fuerte y vigorosa, pero que sólo se interesarán por los asuntos y luchas de Ares, dios de las batallas. Su corazón era tan duro como el metal; de bronce eran sus armas, de bronce sus casas y con el bronce trabajaban. También ellos perecieron, víctimas del bronce y marcharon a la mansión infernal de Hades. 
Y luego, desde que la tierra sepultó aquella generación, Zeus creó una cuarta más justa y llena de virtudes; el linaje de los héroes, llamados semidioses; hombres de noble origen que nos precedió sobre la ilimitada tierra. 
Y a continuación, yo mismo hubiera preferido no pertenecer a los hombres de la quinta generación, sino haber muerto antes o haber nacido después. Existe ahora una generación de hierro, que durante el día vive entre fatigas y miserias, y durante la noche se consume. Los dioses procurarán a esta estirpe inquietudes y preocupaciones; sin embargo, también vivirán alegrías mezcladas con sus males.
 Zeus destruirá este linaje cuando los hombres, en el mismo momento de su nacimiento, tengan ya el cabello encanecido. Cuando los padres no se parecerán a sus hijos, ni los hijos a sus padres; cuando el amigo no apreciará al amigo ni se querrá a un hermano como antes; cuando se despreciará a los padres en el momento de la vejez, se les insultará y se les negará el sustento. Entonces la justicia residirá en la fuerza y no en la honradez; la envidia y la murmuración serán la guía de los hombres(...) a éstos sólo le quedará el sufrimiento y ya no habrá remedio para su mal”. 

Los hombres vivían sin mujer. Salían de la tierra como los cereales. No conocían ni el cansancio, ni la vejez, ni el sufrimiento. Desaparecían jóvenes en una calma perfecta, como durante un sueño. Sin embargo, las cosas tenían que cambiar. Hesíodo en su obra “ Los trabajos y los días” nos habla también del nacimiento de la primera mujer: Pandora. 
“ Zeus mandó al muy ilustre Hefesto mezclar inmediatamente tierra con agua, infundir voz y vigor humano y crear una hermosa y apetecible figura de muchacha semejante en apariencia a una diosa inmortal. Por otra parte, encargó a Atenea enseñar sus labores, a tejer la tela de finos encajes; a Afrodita, verter en su cabeza sus dorados encantos: Una irresistible sensualidad y los halagos cautivadores. Además, a Hermes ordenó infundirle un espíritu cínico y un comportamiento hábil. 
Así dijo, y aquellos obedecieron al soberano Zeus Crónida. Y al punto, el ilustre patizambo modeló la tierra algo semejante a una casta doncella por voluntad del Crónida. La diosa Atenea, de ojos de lechuza, la ciño y la adornó. Las divinas Gracias y la augusta Persuasión le colocaron collares dorados alrededor del cuello. Las Horas de hermosos cabellos la ciñeron alrededor de su cabeza una corona de flores de primavera. (...). El mensajero de los dioses le infundió la voz y puso a esta mujer el nombre de Pandora, porque todos los que ocupan las mansiones olímpicas le otorgaron un regalo, desgracia para los hombres comedores de pan”. 

La historia de Pandora prosigue. Cuanta la mitología que Zeus entregó a Pandora a Epimeteo, el hermano de Prometeo. Este ya había avisado a su hermano que no aceptara ningún regalo de Zeus. Sin embargo, Pandora es demasiado bella y éste la recibe como un regalo del cielo. Con Pandora llega un caja, una tinaja misteriosa, que no debe ser abierta. Sin embargo, Pandora, devorada por la curiosidad, levanta la tapa. Entonces salen todos los males y se dispersan por el mundo, mezclándose con los bienes sin que puedan distinguirse los unos de los otros. Sufrimientos y enfermedades, vejez y muerte, mentiras, robos y crímenes se propagan por la naturaleza y por cada uno de los hombres. 

Pandora asustada por esta irrupción de maleficios, vuelve a poner la tapa: la tinaja está medio vacía: Todo lo que es cruel, violento y rápido ha salido. Sólo queda, en el fondo, algo pequeño que no ocupa mucho sitio, que es tranquilo y seguro: la esperanza. 
Pandora resume en sí misma las contradicciones del todo ser humano. 
El papel de la mujer en la historia griega 

Tradicionalmente se ha dicho que en los orígenes de la civilización griega la mujer tuvo un papel fundamental. En la civilización cretense o minoica parece que la posición femenina es más libre que en la sociedad griega posterior. 

En la época micénica existía una clara diferenciación entre las labores profesionales de hombre y mujeres, aunque las únicas privilegiadas parece que fueron las sacerdotisas. 

Las teorías de que en la antigüedad griega existieran matriarcados ( gobiernos de mujeres o bien sociedades donde la mujer tenía un papel preponderante sobre el marido) se basan en mitos como las de las Amazonas y las Lemnias. 

Las Amazonas eran mujeres guerreras que mantenían relaciones sólo con extranjeros. Los hombres sólo existían como esclavos y los hijos al nacer, si eran varones, eran matados o cegados, mientras que a las niñas se les cortaban un pecho para que pudieran disparar sin ningún problema las flechas, de ahí su nombre ( amazona significa en griego, sin pecho). 

Eran consideradas hijas de Ares. Vivían junto a la orilla del río Termodonte. Según las leyendas se revestían de hierro y fueron las primeras que montaron en caballos. Algunos autores griegos las definían de la siguiente forma. “ eran consideradas más bien como varones por su valor que como hembras por su sexo; pues, con respecto a los varones, parecía mayor la superioridad de sus espíritus que la inferioridad de su apariencia”. 

Las Lemnias, por su parte, serán las mujeres que vivían en la isla griega de Lemnos. Éstas, por haber ofendido a Afrodita, fueron castigadas a desprender un terrible olor y, por consiguiente, rechazadas por sus esposos, que se refugiaron en brazos de sus esclavas tracias. En venganza , las Lemnias degollaron a todos los hombres y la isla en la que vivían quedó gobernada por ellos. Todo acabó con la llegada de un héroe, Jasón conjuntamente con sus Argonautas, puesto que Jasón se casará con la reina y el castigo del mal olor desapareció. 

En ambos casos, el gobierno femenino se produce ante la ausencia absoluta por parte del sexo masculino. Podría pensarse que más que representar un posible matriarcado antiguo, estos mitos demostrarían todo lo contrario: el gobierno de la mujer no es posible ni lógico. 

La vida de una griega clásica 
La mujer nunca participaba en las reuniones con los amigos de la familia y llevó siempre una vida muy modesta. Por ejemplo, para un ateniense de época clásica la misión femenina en la vida se centraba en unas cuantas funciones: parir hijos, cuidarlos durante los primeros años, gobernar la casa gastando lo menos posible y mantenerla en orden. Toda esta tarea debía desempeñarla una mujer que vivía encerrada en su gineceo, es decir, en la parte destinada para el sector femenino de la casa., alejada de los intereses particulares , políticos y civiles de su marido. 
La mujer desde la llegada de los dorios irá perdiendo la importancia que tuvo en las sociedades minoica y micénica. Carecía de derechos políticos y jurídicos. De su madre o su abuela aprendía las labores de cocina, hilado o tejido. Tenía un tutor legal que era su padre o en defecto su hermano, abuelo o persona designada a tal efecto. El tutor era el encargado de buscarle marido y decidía su futuro. Como ejemplo estos preceptos para el matrimonio:
“La mujer debe hablar sólo con el marido y por boca del marido y no debe de lamentarse...” Plutarco, Preceptos conyugales,32. 
La ley ateniense prohibía el celibato; esta ley no se cumplía siempre, aunque aquel que se quedara soltero veía disminuidos sus derechos políticos. El hombre se casaba lo más tarde posible, pero para las mujeres la edad aconsejada para contraer matrimonio era la de quince años. 
Un texto de Hesíodo de su obra los trabajos y los días dice lo siguiente: “Cásate aproximadamente a los treinta años de edad, pues éste es el mejor momento. La mujer deberá casarse a los quine años. Es conveniente que sea joven, para que puedas habituarla a las buenas costumbres...”. 
La mujer ateniense vivía más recluida que las espartanas, ya que en esta última ciudad podía llegar incluso a ser mujeres de negocios. Además las mujeres no podían recibir testamento alguno, ya que únicamente testaba el ciudadano varón. 
El papel de la mujer en el matrimonio 
La familia era la base de la sociedad griega. En toda Grecia fueron muy rigurosas las leyes que regulaban el matrimonio. El matrimonio entre consanguíneos, ascendientes o descendientes, no era legal; y además, atraía el castigo de los dioses. Los hijos podían casarse cuando alcanzaban la pubertad, a los doce o trece años, pero lo normal era hacerlo a los dieciocho o veinte años. Hesíodo, como ya hemos señalado, aconsejaba contraer matrimonio a los treinta años con una mujer de dieciséis. 

En los primeros tiempos del mundo griego, el matrimonio se realizaba mediante la compra pero ya en época homérica se efectuaba un intercambio de bienes entre esposo y esposa. El matrimonio era un acuerdo oral de casamiento entre el pretendiente y la joven. En un acto solemne se intercambiaban apretones de manos y frases rituales. La dote era importante y siempre la aportaba la mujer, diferenciándose así el matrimonio legítimo del concubinato. 
El proceso de la ceremonia tenía diversas partes. En primer lugar estaba la ceremonia de la promesa en la que, siempre ante testigos, se fijaba la cuantía de la dote. 
En segundo lugar, tenía lugar la ceremonia de boda a la que se le daba una enorme publicidad, pues, al no existir registros, sólo el testimonio de los asistentes daba validez a una boda. Esta duraba unos tres días. 
La ceremonia se desarrollaría ante el altar doméstico. La elección de la pareja la hacía el novio siguiendo los consejos de su padre que buscaba más la dote y la clase social que las cualidades de la novia. Los griegos, supersticiosos, preferían casarse en invierno y en los días de luna llena. 
Las ceremonias comenzaban la víspera de la boda, cuando la novia ofrecía un sacrificio a las divinidades protectoras del matrimonio: Zeus (como dios principal) Hera ( como diosa protectora de la mujer casada) a Artemis ( como diosa símbolo de la virginidad) , y a Ilítía , protectora de los partos. En el primer día de boda la mujer consagraba a Artemis sus juguetes y objetos que la habían rodeado en su niñez. 
  “ Antes de desposarse, la joven Timartea te consagro a tí, Ártemis, los tamborcillos, la pelota, la redecilla con la que recogía su cabello, sus muñecos y sus vestidos de lana. Tu Ártemis, hija de Latona, protege a esta piadosa joven.” Antología Palatina, VI, 280. 
Tras esto, unas amigas le preparaban un baño purificador. El segundo día, el día de la boda, se decoraban las casas de los novios con hojas de olivo y laurel, se hacía un sacrificio y se celebraba la comida nupcial en casa de los padres de la desposada. La novia iba vestida de blanco, con el rostro velado y la cabeza cubierta de una corona. La novia, en Atenas, estaba obligada a llevar en sus manos una parrilla y un cedazo, símbolos de su obligación de trabajar. En el banquete los hombres estaban separados de las mujeres. Terminado el banquete, al anochecer, un cortejo acompañaba a la desposada a su nueva residencia o a la casa del esposo. En la puerta del nuevo domicilio les esperaban los padres del novio, sus suegros. El suegro, que llevaba una corona de mirto, y la suegra, portadora de una antorcha. Los suegros la conducían al fuego sagrado que honraba a la divinidad doméstica. Los padres del esposo echaban sobre la desposada nueces, higos secos y les ofrecía parte del pastel nupcial hecho con sésamo, miel un membrillo, todos estos productos eran símbolos de la fertilidad, además de echarle una moneda y un dátil. . 
El día terminaba cuando la pareja entraba en el tálamo nupcial y posiblemente entonces la novia se quitara el velo. La puerta de la habitación quedaba cerrada y custodiada por un amigo del novio, mientras que los demás asistentes a la boda cantaban y alborotaban para ahuyentar a los malos espíritus. 
Al tercer día, a la mañana siguiente, los padres de la desposada llevaban a los recién casados los presentes y la dote. Las bodas solían celebrarse en invierno. El mes griego, que se corresponde con nuestro enero, se llamaba Gamelion, esto es, el mes de las bodas. 
Las familias no eran prolíficas, debía a varias razones. En primer lugar, el esposo solía tener relaciones extramatrimoniales, y en segundo lugar, porque estaba permitido el aborto y el abandono de los hijos. Por el contra, se permitía la adopción. El marido debía repudiar a su mujer en caso de adulterio, pues de no hacerlo podía perder sus derechos civiles, o de esterilidad, reintegrando en este caso la dote, volviendo mujer y dote a la casa de su padre o tutor. En cambio, la mujer no podía separarse del esposo sin una resolución judicial, salvo aquella esposa que recibiera malos tratos físicos podía pedir la separación ante el arconte siempre que los malos tratos estuviesen avalados por testigos. 

Lee este contrato de matrimonio entre griegos 
“ Filisco, hijo de Apolonio, persona cabal del estamento militar, reconoce a Apolonia, también llamada Kelautis, hija de Heráclides, una persona cabal, con su hermano Apolonio actuando como tutor, que él ha recibido de ella, en moneda de cobre, la suma de dos talentos y cuatrocientos dracmas como dote que ha sido acordada en nombre de la misma Apolonia. Apolonia está conforme en vivir con Filisco bajo su autoridad, como es propio de una esposa respecto a su marido, poseyendo con él la propiedad que ellos tienen en común. Filisco, cuando esté en casa y cuando esté fuera, tiene que atenderla en toda necesidad y con un manto y otros bienes habituales a una esposa en un nivel adecuado a sus medios, y a Filisco no se le permite traer a casa otra esposa además de Apolonia, una concubina”. Papiro de Tebtunis. 
Con el matrimonio la mujer pasaba de la tutela de su padre a la de su marido. Transcurridos unos días el marido ofrecía un banquete a los miembros de su fratría, en la que tenían que ser admitidos sus hijos varones. 
Cuando nacía un varón se colocaba un ramo de olivo sobre la puerta y si era una niña una banda de lana. Después de nacer el niño era envuelto en pañales y se les dejaba dormir en una cesta de mimbre, mientras le acunaba o cantaba canciones. Cinco días después del nacimiento se celebraba una fiesta familiar, la anfidromia, que consistía en levantar al bebé ante los demás en señal de reconocimiento, se le echaba agua purificadora, y se realizaba un banquete familiar. Esta fiesta realmente integraba al niño en su grupo social y purificaba a la madre y a todas las que la habían ayudado en el parto. A partir de ese momento el niño era aceptado por el padre y ya no podía abandonarlo; mientras que la madre se incorporaba a las tareas domésticas. 
Estereotipos de la mujer . La moda: Vestidos, complementos y peinados. 

La moda del vestido ya existía en el mundo griego clásico. Los griegos usaban la clámide o túnica corta, el chitón o túnica larga sujeta a los hombros con broches y ceñida a la cintura, y el himation o manto que se echaba sobre el hombro. El himation era usado por hombres y mujeres. 
Las mujeres, además, utilizaban los peplos o velo muy largo que cubría el cuerpo, que dejaba al descubierto un costado y las manos y brazos libres. También usaban el chitonion o camisa sobre la piel; una larga túnica hasta los pies, el chitón ; y el manto o himation para hacer frente al frío. 

Por otro lado, las mujeres se embellecían con collares, pulseras y pendientes, aros que se colocaban en el tobillo y pantorrilla. Utilizaban también abanicos y sombrillas, que al igual que los trajes tenían colores verdes, azules, amarillos, negros, púrpura, rojos... 
Complemento del vestido para hombres y mujeres era el calzado (sandalias sujetas con correas al tobillo o semibotas de cordones para hombres que cubrían hasta el tobillo o la pantorrilla o zapatos de tacón y colores para las mujeres) y el sombrero. 

El peinado era importante para los griegos. Los atenienses se arreglaban el cabello, el bigote y la barba; y, de acuerdo con la moda, llevaban cabellos largos o semilargos, usando para ello horquillas. Por el contrario, los jóvenes espartanos, al igual que algunos esclavos llevaban el cabello rapado. 

En la Atenas Clásica las mujeres llevaban peinados muy complicados con cintas, redecillas y trenzas, aunque las esclavas solían llevar el cabello corto. Para peinarse lo hacían con peines de madera de olivo, hueso, marfil, cobre. Usaban también tintes para el pelo y se depilaban con la llama de una lámpara y navajas. También utilizaban cremas de belleza para obtener una tez blanca o rosácea; igualmente se sombreaban ojos y cejas, pintándose los labios de rojo. Se miraban en espejos de metal muy pulido. 

Los hombres usaban como adorno un anillo con sello en un dedo, mientras que las mujeres se ponían de todo, lo que más sorprendía eran los aros en los tobillos. 
La educación femenina. 
Las niñas recibían de sus madres y nodrizas una educación exclusivamente doméstica, que las preparaba sólo para la vida doméstica. En Atenas, el padre de familia educaba o mandaba educara sus hijos hasta los dieciocho años, momento en que se convertían en ciudadanos. Durante su primera infancia hasta los siete años el niño sólo se dedicaba a jugar (pelota, taba, carros de ruedas, sonajeros, muñecas articuladas de barro...). En estos momentos aprendían cuentos como los de Esopo, pasajes mitológicos, etc. 
La educación propiamente dicha se iniciaba entre los siete y los dieciocho años. Entonces el niño era confiado a un pedagogo, que le enseñaba buenos modales y lo acompañaba a casa del maestro. Cualquier persona que supiera leer y escribir podía impartir clases, pues el Estado no ejercía control alguno en la enseñanza. Las clases del maestro eran remuneradas directamente por el padre del niño. El joven recibía dos tipos de educación: la cultura del espíritu (lectura, aritmética, música...) y la física (ejercicios corporales y gimnasia). La mayoría de edad de los varones suponía su acceso a la ciudadanía a los diecisiete años. 

Los griegos hacían pasar una prueba especial, la docimasia, con el fin de verificar si eran dignos ciudadanos. Entre los dieciocho y veinte años los jóvenes - los llamados efebos- debían de estar inscritos en la lista de ciudadanos. Durante estos dos años debían hacer una especie de servicio militar (patrullar, hacer guardias y jurar combatir valientemente y obedecer las leyes). 
La situación de la mujer espartana parece ser mejor. Pasaban por dos etapas: la etapa inicial consagrada a Ártemis, la diosa virgen, en la que la mujer es una niña, y la adulta, en la que la mujer ya puede casarse y está consagrada a Helena.