martes, 28 de mayo de 2013

Los juegos olímpicos

Una característica del pueblo griego frente a otros pueblo antiguos es considerar el ejercicio corporal como un factor tan importante como la formación intelectual. Fruto de esta educación es la existencia de un gran entusiasmo popular por el deporte y las competiciones atléticas. Los helenos no separaban lo deportivo de lo religioso ni de lo cultural. Prueba de ello será que durante la celebración de los Juegos tenían lugar diversos concursos artísticos : certámenes de poesía, música, canto y narraciones. Todos ellos tenían lugar en Olimpia en el llamado Pórtico del Eco. 




El pueblo griego disfrutaba de las grandes fiestas locales que suponían la celebración de las fiestas panhelénicas, que se celebraban en competiciones o agones. La institución de estos juegos milenarios se atribuyen a diversos héroes locales como Augias, Hércules Tebano o Pisos –el fundador de Pisa -, entre otros y puestas bajo la tutela del dios protector de esa polis. Los juegos panhelénicos, denominadas así al congregar a representantes de todo el mundo griego fueron cuatro: Olímpicos, Istmicos, Píticos y Nemeos.


Imagen del Estadio de Olimpia (Grecia)Los Juegos olímpicos en la antigüedad eran los más famosos de los cuatro juegos antiguos celebrados por los griegos; los otros tres eran los juegos ístmicos, los píticos y los nemeos. 

Los juegos olímpicos más antiguos y prestigiosos tenían lugar en el santuario de Zeus en Olimpia en honor al rey y padre de los dioses y mortales. La ciudad de Olimpia, situada en la región de la Élide, al norte del Peloponeso, fue uno de los centros religiosos más importantes de la Grecia Clásica. 

Los juegos olímpicos se celebraban en Olimpia en verano, cada cuatro años (periodo llamado olimpiada), ya que era el emplazamiento del santuario más importante del dios Zeus. La primera olimpiada data del 776 a.C., aunque los juegos, lo más probable, es que empezaran antes. Estos juegos tenían un carácter religioso a la vez que deportivo. En sus orígenes tenían un marcado carácter local, pero con el tiempo fueron participando en estos juegos atletas de otras polis; finalmente en el siglo VI a de C pasaron a ser Juegos panhelénicos. 

Su importancia era tal que los griegos utilizaron la fecha de inicio de los primeros juegos (776 a. C.) como cómputo para todos los griegos. Los griegos zanjaban, al menos momentáneamente, sus diferencias políticas e incluso guerras durante los siete días que duraba la fiesta, a pesar de que en principio los juegos un solo día. La tregua sagrada implicaba que todas las ciudades habían de respetarla, de modo que no podían ni declarar ni continuar guerra alguna. 
La organización de los Juegos. 
El Consejo Olímpico era el encargado de organizar los juegos. En la época clásica sus miembros elegidos por un periodo de cuatro años , eran diez. 
Debían de residir en Olimpia y tenían como misión administrar el tesoro de Zeus, compuesto por tributos procedentes de las cantidades que se exigían en concepto de ayuda militar, alquiler de terrenos en el santuario, donaciones y sanciones a los participantes. También les competía seleccionar a los atletas, supervisar sus entrenamientos, dirigir los ritos de purificación, clasificar e inscribir a los participantes según la edad, inspeccionar las instalaciones, dirigir el desarrollo de las pruebas, conceder premios y de imponer las sanciones (descalificaciones, multas o castigos corporales, generalmente latigazos). 
Dado el carácter religioso de los juegos unos sacerdotes tenían a su cargo la dirección de los sacrificios y la supervisión de todas las instalaciones sagradas. 
A principios del año de los juegos, se enviaban mensajeros o heraldos especiales , los spondoforoi, que lo iban anunciando por todo Grecia para invitar a las ciudades-estado a homenajear a Zeus. Éstas enviaban delegaciones para competir en esplendor y en actividades atléticas con otras delegaciones. 

En las competiciones sólo podían participar hombres honorables de ascendencia griega y durante su celebración se cumplía la denominada tregua olímpica que implicaba la paralización de los conflictos bélicos. 

Al principio los juegos se realizaban en la plaza y las calles, y así se mantuvieron en lugares pequeños. Mas tarde aparecerán lugares específicos para la celebración de las diferentes pruebas como serán los estadios y los hipódromos. Los juegos pasaron de ser un festival de atletismo y lucha que duraba un día, a convertirse en una celebración de cinco días con diferentes pruebas, en el 472 a.C., y en el 350 a.C. adquirieron las características definitivas que les hicieron tan célebres para la posteridad. 
El primer día comenzaban con ritos religiosos ofreciendo sacrificios al altar de Zeus , así como a otros dioses, en los que se recitaba el juramento y se encendía el fuego sagrado , y a determinar el orden y los participantes de los posteriores torneos. No se conoce con precisión el orden de las pruebas. 
El segundo día, después de un llamativo desfile en el que participaban los que iban a participar en las pruebas ecuestres, comenzaba con toda probabilidad, con carreras pedestres, para las cuales los espectadores se reunían en el estadio. 
La tercera jornada, que transcurría alrededor de las competiciones infantiles, iniciados así a partir del 472 a. C., se dedicaba también al culto, llevándose a cabo sacrificios en honor a Zeus. 
Los días siguientes se dedicaban a las pruebas deportivas para los adultos que al igual que las otras eran vigiladas por unos jueces. 
El quinto día, en el templo de Zeus, se proclamaba solemnemente a los vencedores, entregándose los premios. 
Los espacios deportivos: el estadio y el hipódromo. La palestra. 
El estadio era una pista estrecha y larga. En un principio no existía una distancia homologada, por lo que encontramos estadios (Olimpia, Delfos, Epidauro) con medidas diferentes. La pista del estadio de Olimpia medía 129´ 27 metros de largo por 30 de ancho. Se construía utilizando dos pendientes naturales: la línea de salida y, en el lado opuesto, la línea de llegada. Ambas limitaban las pistas. Detrás de la línea de llegada se situaban los jueces de la competición. Las pruebas atléticas y las de combate se realizaban en el estadio. 

El hipódromo estaba constituido por una pista con una barrera central. Esta barrera estaba situada entre dos mojones, separados por una distancia de dos estadios (384´5 metros). Toda la pista a su vez estaba rodeada de un graderío. En el lugar de salida, que tenía forma de punta, había una estatua de un águila y otra de un delfín, que podían inclinarse. La estatua del delfín indicaba que la prueba se estaba preparando, mientras que el águila se utilizaba para señalar el inicio de la prueba. 


La palestra era un lugar al aire libre, rodeado de una columnata, detrás de la cual había habitaciones. En el patio interior los atletas se ejercitaban en los deportes de combate y en el salto de longitud. En este patio había unos fosos y pozos: skamma y keroma. El primero estaba lleno de arena suelta, desde los luchadores, los boxeadores y los saltadores se entrenaban. El keroma contenía una capa de aceite y barro para los pancratistas. Se ponía mucho cuidado en el mantenimiento de estas instalaciones, y los propios atletas se ocupaban de ello: picaban el suelo, ablandando la tierra y limpiándola. 

La ciudad de Olimpia. El santuario de los juegos. 
El santuario de Olimpia contaba con todas las instalaciones necesarias para llevar a cabo tan importante acontecimiento. En el plano deportivo los espacios centrales eran el stadium, donde se celebraban las pruebas, y la palestra, lugar que servía de alojamiento y entrenamiento a los atletas. En cuanto a las edificaciones dedicadas al culto, en Olimpia se encontraban numerosos templos. Entre ellos el edificado en honor a Zeus, que fue el mayor templo de la Grecia continental, que alzaba en el centro de la ciudad y para el que el Consejo de Olimpia contrató los servicios del escultor Fidias hacia el año 438 a. C. 

La misión de Fidias era realizar una escultura de Zeus. Con la técnica Crisoelefantina, que consistía en cincelar en marfil y añadir por encima pan de oro, el escultor realizó una monumental obra que superaba los 12 metros de altura. Esta gigantesca obra de Zeus sentado sobre un trono adornado con piedras preciosas , en la que el dios sostenía en su mano una Niké (Victoria) y que con la mano izquierda sujetaba un largo báculo coronado con la mano de un águila resistió durante siglos los saqueos, aunque no pudio superar los efectos de un terremoto en el siglo VI. 
El origen mítico de las Olimpiadas: El papel de Pelops y Heracles. 


Existen dos posibles adscripciones. Para unos todo comenzó cuando el rey Enómao prometió la mano de su hija Hipodamia a quien lograse vencerla en una carrera de carros, algo que era imposible, puesto que contaba con los caballos celestes que le había cedido su padre Ares, dios de la guerra. Pese a todo, un joven, Pélope se presentó a la competición quedando Hipodamia enamorada de él. Ambos buscaron la complicidad de Mirtilos, el auriga del rey, para que cambiara las clavijas del carro real por unas de cera. Durante la carrera, las clavijas se rompieron y Enómao murió, con lo que Pépole pudo casarse con su amada. Según la leyenda el príncipe instauró las Olimpiadas para celebrar su victoria. 

Por su parte el poeta Píndaro en una de sus odas, atribuyó el origen de los juegos a Heracles. El rey Augias de Élide tenía sus estables repletos de estiércol, por lo que solicitó ayuda a Hércules, ofreciéndole parte de sus s tierras. Para ello el forzudo héroe desvió el curso de los ríos Alfeo y Peneo para que pasaran por los establos y los limpiaran. Cuando el rey se negó a pagar, Herakles ser enfrentó con él, lo derrotó y organizó la celebración de los juegos en honor a su padre, Zeus. 
Sin embargo, Pausanias en su obra “Descripción de Grecia” dice sobre la fundación de los Juegos Olímpicos lo siguiente: “ De los Juegos Olímpicos los eleos dicen que (...) Heracles propuso un juego a sus hermanos: una carrera. Al vencedor de la misma le coronó con su ramo de acebuche (...). A Hércules Ideo corresponde, pues, la gloria de haber fundado los Juegos y de haberles dado el nombre de Olímpicos. Y decidió que se celebrasen cada quinto año, porque él y sus hermanos eran cinco.” 
Las Pruebas Deportivas 
 a. Las Carreras 
En las primeras Olimpiadas, las únicas pruebas que se celebraban eran las de las carreras, en las que los participantes iban completamente desnudos. Después se fueron incluyendo otras disciplinas. 
El lugar de celebración de las carreras era el estadio. Como ya se ha indicado era una zona rectangular rodeada por bancos de tierra en pendiente. Era una explanada de unos 200 metros de longitud por unos 30 de ancho. En la salida (afesis) había unas losas o travesaños y la llegada (terma) estaba marcada por unos bloques de piedra de profundos surcos. Los atletas corrían, probablemente, sobre una superficie de arena aplanada y, en las carreras superiores a 200 metros, debían de realizar giros de 180 grados en torno a un poste llamado kamptér. 

Al igual que ahora, también se producían salidas falsas, por lo que se fueron inventando diversos sistemas de salida, que se conocen gracias a los hallazgos arqueológicos. Se sabe que en el estadio de Istmo, en el siglo V a. C, se construyó un hysplex, que consistía en colocar entre los postes de salida una barrera que se mantenían en posición vertical por unas cuerdas, cuando el encargado soltaba las cuerdas las barreras caían simultáneamente. No se sabe por restos arqueológicos si en los estadios existían calles delimitadas para cada atleta. 

Entre las pruebas de carreras se encontraba la de velocidad denominada estadio o stadion (192, 27 metros), que consistía en recorrer una vez el estadio (esta prueba era la única competición de la que constaban los Primeros juegos olímpicos del 776 a. C.). Posteriormente se incluyeron otras modalidades como el diaulo o doble estadio (de medio fondo), prueba de unos 400 metros ya que recorrían dos veces el estadio, girando en torno a unos postes. , y el dólico o carrera de fondo que podía variar, según el lugar y el periodo, entre los 1400 y los 4400 metros, que venían a ser unas veinticuatro vueltas al estadio. El estilo de los corredores del dólico es totalmente diferente al de los velocistas, pues el tronco está más erguido, las rodillas menos levantadas y los brazos no tan vehementemente agitados. En la salida , el atleta estaba de pie, con las piernas separadas, algo inclinado hacia delante, ya que el peso del cuerpo recaía principalmente sobre el pie delantero y con los brazos levantados. Los griegos desconocían la salida en posición agachada, con la de los atletas actuales.. 
El escritor Folóstrato describe la diferencia a la hora de correr: “(...) Los corredores del estadio (...) impulsan sus piernas con los brazos (...) como si tuvieran alas. Los corredores del dólico sólo lo hacen cuando una carrera llaga a su fin, mientras que parecen correr normalmente el resto del tiempo, con las manos cerradas en puño”. 

Estadio de la ciudad de Afrodisias, actualmente en Turquía. 

En el año 520 a. C se incorporó otra carrera a las competiciones, el hoplitodromo. Estaba reservada a los hombres que corrían vistiendo una armadura compuesta por casco, un escudo y, en tiempos más antiguos, grebas que posteriormente fueron eliminadas. El hoplitódromo presentaba a los corredores preparados para una batalla en carrera con yelmo y escudo. 
b. Deportes de combate 

Los otros días se celebraban luchas, boxeo y el pancracio, una combinación de las dos. La lucha está considerada como una de las prácticas deportivas más antiguas y formaba parte de la educación física de los jóvenes, que se entrenaban duramente en la palestra. 

Palestra de Olimpia (arriba) 

La lucha, consistía en derribar al contrario por medio de llaves e inmovilizarlo. Era parte del pentatlón, pero también consistía en una prueba independiente. Previo al combate los participantes eran masajeados con aceite , para hacerlos más escurridizos. El combate se realizaba en el centro del estadio, en un círculo que previamente se había cavado, removido y, con frecuencia, regado. Comenzaba con un cabezazo, los luchadores se acercaban, intentando agarrar firmemente las muñecas y el cuello del adversario. El objetivo final era hacer que el contrario tocara tres veces el suelo con su espalda, para lo cual se usaban diversos tipos de llaves. Si ninguno de los dos contendientes lograba ganar, se consagraba el triunfo a la divinidad.

 Púgiles luchando





El pugilato o boxeo , introducido en los juegos del año 688 a. C. Era una de las pruebas más duras y los vencedores de esta prueba como los de pancracio eran inscritos en una lista especial encabezada por el nombre de Hércules., Parece ser que este deporte lo crearon los espartanos como entrenamiento para la dureza de la guerra. Sin embargo, los frescos de Thera (como vemos en la imagen de la derecha) y Creta muestran ya el combate de puños en época minoica., aunque llevaban una prenda para taparse sus partes pudendas. 

Este deporte se hizo cada vez más duro; al principio los pugilistas se envolvían los dedos en tiras de cuero blando, llamadas himantes, para amortiguar los golpes y dejaban algunos dedos libres , pero más tarde se usó cuero duro, e incluso le añadían metal para aumentar el peso. 



Imagen de un púgil descansando y con la nariz rota y detalle de los himantes
Los boxeadores al igual que los pancreatistas se entrenaban en una sala, el coriceo. Sin embargo, se desconoce el lugar de la competición. Este deporte se atribuía al díos Apolo. No existían categorías por peso ni tiempo que acotase el combate. Al comenzar el combate, el boxeador más avispado trataba de conseguir una buena posición, procurando tener el sol a la espalda, para que el adversario quedara deslumbrado por la luz. Eran habituales los golpes dirigidos al mentón o la cabeza, e , incluso, a los genitales; en cambio, estaba prohibido coger al rival de las manos. Si la lucha se prolongaba en exceso los boxeadores tenían la opción de pasar al clímax, que ganaba el que soportaba mejor un puñetazo del rival sin protección alguna. Al igual que el pancracio uno de los contendiente reconocía su derrota si levantaba un dedo. 

En el pancracio, el deporte más riguroso, la competición continuaba hasta que alguno de los participantes reconocía la derrota. El pancracio era una combinación de lucha y boxeo, pero se distinguía de ellos por ser un combate que se permitía en horizontal, en el suelo. Se realizaba en el centro del estadio sobre el terreno endurecido y, en ocasiones, regado. No se conocen bien las reglas, pero parece que casi todo estaba permitido: manotazos, aplastamientos con los pies, puñetazos, zancadillas, pegar patadas en el estómago, enlazar el abdomen con las piernas para asfixiar al contrario, golpes en la cara, aplastamiento, estrangulación, rotura y desencaje de miembros, etc, salvo el meter los dedos en el ojo del contrario y los mordiscos. 

La prueba más dura, el Pankration 

Cuando hay una representación de algunas de estas acciones, siempre se dibuja al árbitro con la vara levantada, para usarla contra el infractor. El combate duraba hasta que uno de los contendientes desistía, para lo que el atleta señalaba su derrota levantando un dedo. 

c. El salto de longitud. 
La prueba de salto era de longitud, no de altura, estaba considerada como una prueba de dificultad puesto que los atletas llevaban unas pesas en cada una de las manos llamadas alteres (alteres), que les servía para impulsarse y de las que luego se desprendían en el aire, en pleno salto. Las había de piedra o metal, con formas y peso muy variadas; las más frecuentes presentan una forma ligeramente abombada y tiene unas hendiduras a los lados para facilitar el agarre. 

Los atletas iniciaban el salto extendiendo ambos brazos hacia delante; al mismo tiempo flexionaban las piernas y las levaban al punto de mayor extensión para propulsarse de forma que ,durante el salto, piernas, tronco y brazos quedan en línea; por último, llevan los brazos hacia atrás para aterrizar. 

El salto, al parecer, era múltiple, aunque el uso de alteres hace pensar en un salto único. Era una prueba importante tanto en la formación física de los jóvenes como en el entrenamiento de los adultos en el gimnasio. La prueba de salto se celebraba en un escenario muy parecido al actual; tenía una pista de impulso para la carrera y una recepción para la caída, antes de la cual debía de saltar el atleta. 
d. Los lanzamientos. El lanzamiento de jabalina y disco. 
Se desarrollaban en el estadio, que era de forma rectangular con un talud a su alrededor para los espectadores. orden exacto y el método usado para determinar al ganador. 

El disco era un plato de bronce, lo más probable en forma de lente o placa plana algo más gruesa por el centro que en los bordes. Desde el siglo V a. C se fabrican en bronce, y su tamaño y peso se reducen. El disco estándar moderno, de 21 cm de diámetro y 2 kilos de peso se corresponde con un ejemplar hallado en Egina. Se lanzaba desde el bálbis, zona estrecha y delimitada, cerrada por delante y por los lados y abierta por detrás. 

En la fase preparatoria, el atleta adopta una posición ligeramente inclinada hacia delante con las piernas separadas para conseguir un mayor equilibrio. En esta postura hace oscilar el disco uno o varias veces de abajo a arriba hasta la altura de la cabeza. A continuación el atleta mueve el disco al tiempo que gira el cuerpo y se echa ligeramente hacia delante. De este modo logra la suficiente tensión para lanzar el disco en una acción que va de atrás hacia delante. 
En la fase final del lanzamiento, el atleta efectúa una rotación de todo su cuerpo, con el disco en el brazo que balancea hacia delante; el brazo izquierdo estirado al frente se amolda a la curvatura del cuerpo; la cabeza, muy girada hacia la derecha, remata la acción. Por lo demás, no se sabe si se trataba de un lanzamiento con carrerilla o sin ella. 

La jabalina se arrojaba con la ayuda de una cinta enrollada o correa de cuero de unos 40 cm en el asta, la ankile, que terminaba en una especie de lazo en donde el atleta ponía uno o dos dedos para lanzarla. Esto producía un movimiento de rotación dándole una mayor distancia y precisión. Apretar bien la ankile era fundamental para lograr un buen lanzamiento. Tenía una longitud semejante a la de la estatura humana y llevaba una cabeza de metal, normalmente redondeada, cuya función era acumular más peso en su parte delantera, lo que probablemente influía en la distancia y en la estabilidad. El lanzamiento se efectuaba desde el balbís, que en los vasos se representa como una pequeña columna. 

La prueba de jabalina estaba subdividida en tres apartados: longitud, precisión y precisión a caballo. 
e. El pentatlón 
A la carrera de caballos le seguía el pentatlón, prueba introducida con posterioridad a la 18 ª Olimpiada (708 a C) , una serie de cinco pruebas donde se combinaba la fuerza con la velocidad: velocidad, salto de longitud, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco y lucha; se desconoce su orden ni como se determinaba a su vencedor. El pentatleta es el deportista más completa, porque, como decía Aristóteles, está naturalmente dispuesto para la fuerza y la velocidad al mismo tiempo. 

 Salida y meta del originario estadio de Olimpia 
f. Los deportes hípicos 
Las pruebas hípicas se realizaban en el hipódromo. El hipódromo griego no era como el romano pues era un espacio amplio, abierto, sin spina, con una columna a cada extremo, en torno a la que giraban los caballos y carros. Una marcaba la salida y la llegada ; la otra, el punto de retorno. 

Los participantes salían al mismo tiempo de una misma línea, lo que daba lugar a una desigualdad de oportunidades, dado que los giros se hacían siempre hacia la izquierda, con lo que el tiro que tomaba la salida en el lado derecho tenía pocas oportunidades de llegar en buena posición al primer viraje. Tal vez por ello, el arquitecto Cleetas inventó un mecanismo consistente en colocar una barrera de cuerda delante de los compartimentos para los carros, que se irían soltando de dos en dos comenzando por los de más atrás.

Aunque sólo los más ricos podían participar en las carreras de caballos, en las que cada participante era dueño de su caballo, este tipo de competición fue una de las atracciones más populares y levantaban gran expectación. Una de las carreras hípicas consistía en dar doce vueltas en cuadrigas . Era, además, el único deporte de competición en el que el premio no recaía en los jinetes ni en los aurigas, los auténticos protagonistas de las pruebas eran los propietarios de los caballos. Los carros eran guiados por cocheros o aurigas. 

Existían diversas modalidades y se clasificaban atendiendo al tipo de vehículo utilizado y el número de caballos utilizados: tethrippon o cuadriga (cuatro caballos tirando del carro), synoris o biga (dos caballos) y combinaciones similares con potros y mulas. El carruaje de base era una biga de timón tirada por dos caballos en un yugo dorsal. El carro de carreras era muy ligero, con una caja montada directamente sobre el eje; no hay ballesta y las ruedas son pequeñas con cuatro radios montados en el crucero. 

La cuadriga es una adaptación de la biga tradicional, con dos caballos exteriores fuera del yugo y sujetos mediante correas, lo que implicaba una enorme dificultad para su conducción. En esta prueba era donde los participantes debían de demostrar su pericia, puesto que era el lugar para choques y accidentes. También podía haber pruebas de carros de dos ruedas tirados por cuatro caballos y el cochero de pie. Al no conocerse las riendas bifurcadas, el conductor tenía dos riendas por caballo, es decir, ocho para un cuadriga, sujetándolas en un haz o separándolas entre los dedos cerrados sobre ellas. 

Pintura sobre cerámica que hace referencia a las pruebas hípicas 
La carrera de cuadrigas fue la primera en introducirse en las competiciones oficiales, en el 689 a. C, y sucesivamente, las demás. 
Los atletas 
En Grecia, los competidores eran ciudadanos y de familias nobles. Las condiciones exigidas para los participantes eran cinco: 
1. Ser griegos. 
2. Ser libres. 
3. Haber nacido de matrimonio legítimo. 
4. No haber sido deshonrados. 
5. Haber entrenado durante los diez meses anteriores a la competición, el último de ellos en Elis. 

De entre los atletas más laureados se encontraba Leonidas de Rodas que destacó como uno de los mejores corredores olímpicos y fue el líder en tres modalidades de cuatro Olimpiadas consecutivas. Más tarde la gloria llegaría a los atletas de combate. Teagenes de Tasos obtuvo fama en el pancracio y a su muerte le dedicaron una estatua en su localidad natal. Milón de Crotona fue otro luchador, dotado de tal fortaleza física que se decía de él que era capaz de cargar con una vaca sobre sus hombros. También el boxeo contó con algunas estrellas como fue Diágoras de Rodas, que hizo estragos entre sus adversarios; su directo era tan celebrado por el público como temido por sus rivales. Mucho más original resultaba el estilo de Melankoma de Caria, quien se enorgullecía de no haberse herido jamás no de haber causado herida alguna. Este púgil se dedicaba a esquivar a sus contrarios hasta que éstos, exhaustos, admitían su derrota. 
Entre los que practicaban salto destacó el atleta Failo de Crotona que habría saltado a comienzos del siglo V a. C, en los Juegos Píticos, unos 55 píes, es decir, 17´62 metros. 

El final de las pruebas. Los premios ...y las sanciones. 
La prueba de clausura se trataba de una carrera en la que los atletas corrían con la armadura puesta. 
Ponía broche final una procesión solemne y un banquete. Los nombres de los vencedores, el de su padre y su patria eran proclamados por los heraldos. 
Los ganadores , tras ser proclamados solemnemente vencedores, recibían como premio guirnaldas o coronas de olivo una corona de olivo, laurel o apio, una palma y eran homenajeados por los poetas; también se grababa su nombre en las lápidas de mármol y placas de bronces que eran las listas oficiales que confeccionaba el Consejo Olímpico. La ceremonia de coronación en Olimpia se celebraba ante el templo de Zeus. Cuando llegaban a sus ciudades de origen recibían todos los honores, pues otorgaban fama a sus ciudades de origen. Con frecuencia los poetas les convertían en celebridades, y vivían el resto de sus vidas a costa del erario público. La gloria pues ésta era inmensa como señaló Platón:
“La victoria de los vencedores de Olimpia es más hermosa, y el sustento que les da el pueblo más completo. Su victoria es la salvación del pueblo entero y obtienen por corona, tanto ellos como sus hijos, todo el sustento que su vida necesita: reciben en vida galardones de su propia patria y al morir se les da con digna sepultura” Platón, La República,465. 
Los atletas que infringían el reglamento eran sancionados. Las sanciones dependían de la infracción. Entre los motivos de sanción se puede señalar la violación de la tregua sagrada, el uso de artes innobles, el dar muerte al adversario, salir anticipadamente en las carreras...Se podían recibir sanciones de tipo político, económico, deportivo o corporal. 
La mujer en los Juegos Olímpicos. 
Las mujeres no podían participar en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, esto no quiere decir que el deporte estuviera vetado a ellas. En Esparta, por ejemplo, las mujeres eran entrenadas en disco, lucha y pugilato. En Olimpia las mujeres competían en una carrera que se celebraba durante los juegos Héreos, que tenían lugar cada cuatro años en Olimpia en honor a Hera y que estaban destinados exclusivamente a las mujeres. Las participantes, vestidas con túnica, recibían en caso de victoria una corona de olivo y un trozo de vaca sacrificada en honor a Hera. Estos juegos estaban organizados por un Comité, compuesto por dieciséis mujeres. 
El final de las Olimpiadas. Los otros juegos. 
A pesar de las guerras y los conflictos los juegos nunca se suspendieron. Sólo los del año 364 a. C dejaron de ser olímpicos, pues la ciudad permanecía en poder de los invasores arcadios. Éstos, después, reorganizaron los juegos, que siguieron celebrándose durante cerca de 1.200 años con gran éxito. Los juegos olímpicos alcanzaron su máxima popularidad en los siglos V y IV a.C. En el 393 d.C. , cuando la Hélade pertenecía desde hacía tiempo al Imperio Romano, se celebraron los últimos juegos olímpicos, la 293 ª olimpiada, que fueron definitivamente prohibidos por el emperador Teodosio I el Grande los suspendió por su simbología pagana, cerrando el santuario de Zeus. El resto de emperadores cristianos al considerarlos como un símbolo del paganismo mantuvieron esta prohibición. 

Los otros juegos se celebraban en Delfos en honor a Apolo (píticos) y en Corinto (Istmicos) consagrados a Poseidón, y de Heracles y Adrasto en Nemea (Nemeos), aunque celebrados en honor a Zeus Nemeo.

Estadio de Delfos 
En el año 586 a. C comenzaron los Juegos Pitios, en Delfos, que se celebraban cada cuatro años en honor a Apolo para conmemorar su victoria sobre la serpiente Pitón. Los vencedores en las pruebas obtenían una corona de laurel. En un primer momento, los pitios eran más artísticos que deportivos, puesto que sus participantes competían demostrando su habilidad en el canto, la interpretación con lira o flauta y las actuaciones dramáticas, pero más tarde incluyeron competiciones atléticas e hípicas. Al igual que los Olímpicos tenían lugar cada cuatro años.
Los istmicos , que se celebraban desde el año 582 a.C en el santuario de Poseidón en Isthmian, cerca de Corinto, y mezclaron las pruebas atléticas, las hípicas con las artísticas (musicales) y naúticas. Se celebraban cada cuatro años y la recompensa era una corona de pino. Se atribuye su fundación legendaria a Teseo. 
Los Juegos Nemeos, que desde el 573 a. C conmemoraban la victoria de Heracles sobre el león de la montaña de Nemea. Se celebraban en verano, cada dos años, en el segundo y cuarto año de cada Olimpiada. Estos sí eran juegos mayoritariamente deportivos (atléticos, hípicos...). Al vencedor se le entregaba una corona de mirto o de apio silvestre.

Otras competiciones deportivas se desarrollarán en otras polis griegas, como Epidauro, Megara, Platea, Egina y Atenas. 

En Atenas se celebraban las competiciones llamadas Panatenaicas, en honor a Palas Atenea, la diosa que daba nombre a la ciudad. Las Panatenaicas fueron fundadas en el año 568 a C por Pisístrato y más tarde serán potenciadas por Pericles. Como en el resto de juegos, constaban de acontecimientos deportivos y religiosos. El evento religioso más importante consistía en la procesión del Peplo de la diosa y el sacrificio ritual; entre los deportivos puede destacarse la carrera del estadio - con premios en metálico- , la carrera de cuadrigas y la carrera de antorchas. 

Lee el siguiente texto que habla de un héroe de los juegos Panhelénicos al que Píndaro en su obra “ Olímpica” lo alaba: 
“ Pues en Olimpia él solo consiguió el premio, más en Pitón y en Istmo a él y a su hermano, también victorioso, comunes gracias llevaron coronas de cuadrigas que doce vueltas corrieron. Alcanzar lo que se persigue libera de las preocupaciones de la contienda. La riqueza, ornada con las virtudes, proporciona ocasión unas y otras cosas, llevando consigo una profunda inquietud ambiciosa, un astro resplandeciente, la más verdadera luz para un hombre. ¡ Y si, además de poseerla, conoce el porvenir! Que los espíritus criminales de los que aquí mueren al punto pagan sus culpas y que los pecados cometidos en este reino de Zeus los juzga alguien bajo tierra, pronunciando la sentencia con hostil facilidad”. 
Desde el año 1896, a finales del siglo XIX, en un contexto histórico evidentemente muy diferente se reanudaron bajo la misma denominación, Juegos Olímpicos, aunque se suele añadir el segundo adjetivo de ‘modernos’ para diferenciarlos de forma notoria de sus ilustres predecesores. 
Los Juegos Olímpicos modernos recuperaron los clásicos aunque con algunas diferencias. Sin embargo, las fiestas y los juegos públicos en su mayoría tenían un origen religioso o fúnebre así que además de las pruebas deportivas propias de los juegos panhelénicos había otras, que pueden verse en el siguiente esquema:

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