“ Al principio...”, tal es la introducción de muchos relatos. Un mito es un relato de hechos imaginarios que alcanzan una cierta grandeza y patetismo. Los mitos son variados y se pueden centrar en distintos aspectos como la creación del mundo, del hombre o de los dioses, el miedo a lo desconocido o el deseo de esperanza. Los mitos de la creación quien remontarse al principio de todo, al momento en que nada existía. A través de la Historia y de los países descubrimos un gran número de relatos sobre la creación. Al mito no hay que confundirlo con el relato popular, también conocido ahora como leyenda urbana ni con la leyenda en el sentido clásico: el relato popular carece de grandeza o patetismo, y la leyenda posee un fondo de verdad histórica. El conjunto de los mitos y su tratamiento se llama mitología.
Mitos y mitologías ha habido siempre en todas las culturas incluso en la nuestra siguen existiendo. Los mitos son interpretados a la luz de la creencia de cada época El mito es imprescindible para un pueblo. El mito se inserta en la tradición heredada de una nación. Tiene una función social fundamental. Todos los pueblos y civilizaciones del mundo tienen la suya (africanos, egipcios, chinos, hindúes, japoneses, aztecas, mayas, incas, nórdicos, vascos,...)
Las culturas hebreas y grecorromanas son algunas de entre ellas, pero para nuestro mundo es la más importante por su legado cultural, literario, artístico, e incluso religioso. Los hebreos o judíos se centraron en la Cosmogonía (el origen del mundo) y en la Antropogonía (el origen del hombre), mientras que los griegos y más tarde los romanos lo harán además de los anteriores en la Teogonía (el origen de los dioses).
La mitología griega se recoge en obras literarias y en manifestaciones artísticas, y nos permiten conocer parte del espíritu de los griegos. La mitología estaba muy arraigada en las creencias de los griegos y pretendían con ella explicación del mundo o parte del mundo desde los fenómenos naturales (el trueno y Zeus) hasta los sentimientos humanos más nobles amor o pasión (Afrodita, Eros, o los mitos de Medea, Jasón o Fedra) a los brutales como la furia (titanes), el rencor (herakles y Hera) o el descontrol absoluto (las Bacantes y Dionisios).
La mitología griega nos ofrece una explicación de los fenómenos de la naturaleza, del origen del universo o de la existencia del ser humano basado en narraciones fantásticas o mitos, ya que a los griegos en un primer momento no podían dar una razón científica ante tales hechos. Como explicación “irracional” el mito se cree, se tiene confianza en él, no se cuestiona realmente si es verdad o no.
Los mitos explicarían que la lluvia y los rayos eran provocados por la furia de Zeus, que los maremotos y terremotos se producían cuando Poseidón/ Neptuno – dios de las profundidades marinas- removía el fondo marino, o que si se oían truenos se debía a que Hefestos/ Vulcano, el dios herrero, golpeaba con fuerza el yunque con su martillo.
La mitología no es cuento, aunque así lo parezca por su estructura narrativa. La mitología es una forma de pensamiento donde la imaginación es más importante que la razón. Los relatos son “maravillosos” en el sentido de que escapan de los límites del espacio y del tiempo. Sin embargo, no han nacido por casualidad. De alguna manera la mitología expresa las necesidades, los deseos o las aspiraciones de los hombres. En la mitología hay un intento de explicar el mundo, y en ese intento aparecen dioses, monstruos, héroes, heroínas, amores, traiciones, viajes, peligros, muertes, etc. Esta estructura narrativa del mito, que es el relato concreto de un hecho mitológico, está compuesta de símbolos que sólo tienen valor en el sistema cultural y social clásico, teniendo éstos unas fórmulas didácticas para afrontar la vida y como actuar ante la vida.
En un mito es necesario interpretar el símbolo a través de los textos (con los problemas que conllevan porque algunos son fragmentarios y otros contradictorios ya que muchos se recogen de la transmisión oral) y del contexto (la realidad política, social, cultural en la que surgen). Son manifestaciones atrayentes en el sentido de que siempre manifiestan una oposición o antítesis, o enfrentamiento.
Los mitos son morales en el sentido de que hablan de las normas a seguir para una sociedad (la astucia, el valor, la muerte, la condenación, etc. Los mitos dan sentido a toda una colectividad. En su momento se lo dieron a la colectividad griega, más tarde a la romana, y después a la del mundo occidental, visible en los arquetipos de la psiquiatría, en los tópicos literarios o en el cotidiano.
En los mitos los protagonistas son siempre extraordinarios (dioses, diosas, héroes y heroínas) porque no envejecen, no mueren y sus acciones son conocidos por todos y tienen un fin didáctico, es decir, sirven para enseñar, tanto es así que estaban acompañando permanentemente a los hombres en su vida diaria, desde las primeras lecturas básicas (las fábulas de Esopo, o las obras de Homero) hasta en su mobiliario diario en la casa (mosaicos, banquetes, copas) como símbolos cotidianos.
Estos mitos ocurren en un tiempo “ primordial”, en un tiempo en el que los hombres están en contacto con los dioses. Los encargados de mantener los mitos eran los “ prophetes” o adivinos, muy comunes en la antigüedad griega, así como los arcontes o sacerdotes elegidos entre las familias nobles de Grecia. También estaban los aedos o poetas como Hesíodo o el ya nombrado Homero.
El mito no tiene autor, no tiene tiempo, no tiene dueño. Los mitos pueden tener un origen popular o culto, tener un fondo histórico con una realidad muy distorsionada ( La Guerra de Troya) o ser una simple imaginación, ser ingenuos o filosóficos. Lo que sabemos de ella lo hacemos a través de concepciones de autores como los anteriormente citados o Sófocles o Esquilo.
La mitología griega es la más fragmentaria, la más sistemática y en ella no todo es texto, pues la imagen, la iconografía es muy importante.
Todavía hoy, en nuestro presente la mitología no deja indiferente al hombre religioso ya sea por su trascendencia o por ser una historia embellecida.
Pero no nos engañemos la mitología sigue estando presente en otros campos, no sólo en el mundo religioso y trascendente. Por ejemplo, en la Medicina se continúa sobre todo en el campo de la Psiquiatría analizando a los clásicos para ver su incidencia en algunos complejos que le interesan a los psicoanalistas. En la misma medida hoy tenemos nuevos mitos como son el mito de la Ciencia, que alimentado por la fe en el progreso llega a veces al fanatismo y muestra ritos sociales, con su propia iglesia y su clero o los mitos procedentes de los medios de comunicación de masas que pueden ser los más claros exponentes de los nuevos mitos. Presentan las siguientes características, similares a las que tuvieron en su momento los mitos clásicos:
- Se ponen como ejemplos para los demás.
- Poseen riquezas y prestigio.
- Son hermosos y se nos presentan como seres felices.
- Son conocidos por todos, apareciendo como Superhombres que simulan ser dioses.
- Viven en un mundo inaccesible, en el que no están en contacto con el resto del mundo. Viven en su propio Olimpo.
- Provocan una especie de fanatismo.
- Reúnen a muchos fieles en grandes ceremonias.
- Existen ritos impuestos que hay que cumplir.
- Se les imita e incluso se les lleva con nosotros en forma de amuletos o imágenes.
- Son creados por el hombre para el hombre.
Atendiendo a los protagonistas de los relatos, pueden distinguirse entre los mitos divinos y los heroicos. Los primeros, los divinos, narran el origen, la creación o génesis del universo, de los dioses y de los hombres: Cosmogonía, Teogonía y Antropogonía. Se ocupan de los incidentes de las vidas inmortales de los dioses, los orígenes y las peculiaridades de su culto. Estos mitos muestran la ordenación del mundo o cosmos, la relación entre los dioses y los seres humanos, las normas que rigen esta ordenación, así como el talante de cada divinidad.
Los mitos heroicos tienen héroes y heroínas. Los personajes y los acontecimientos son arquetípicos y modélicos. Los personajes son protagonistas de naturaleza superior a los normal, seres intermediarios entre los hombres y los dioses. Suelen tener nacimientos especiales, una fuerte preparación, superan difíciles pruebas, alcanzan la fama, aman o sufren tragedias. Al morir algunos son transformados, unos pocos son divinizados y otros siguen los destinos de los demás hombres: los infiernos.
En la mitología griega para algunos autores pueden separarse en dos periodos: el mundo preolímpico y el mundo olímpico. En cualquiera de estos dos momentos las preguntas que se hacen los hombres para justificar la mitología siempre son las mismas: la creación del universo y el papel del hombre en el mundo.
La primera creación surge sin causa. Es una generación espontánea, como un esfuerzo realizado por el caos sobre sí mismo. Este caos se hincha, crece, se hace desmesurado, se calienta por frotamiento, se diversifica, se resquebraja, se separa, se dispersa, se distingue en varias unidades, se multiplica al infinito, se organiza, se jerarquiza. Así nacen el fuego, la luz, la vida, el espíritu y todo lo que conforma el Universo del hombre.
Los orígenes del mundo según los griegos lo encontramos en tres fuentes literarias: Hesíodo y la Teogonía; en las dos obras atribuidas a Homero “ La Ilíada” y “ La Odisea”; y en el mundo de Orfeo.
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