Hoy la atención se centra en Messi, en Cristiano Ronaldo, en Neymar,etc…Sin embargo, en el siglo VI, y en Constantinopla eran las carreras de carros el espectáculo favorito de los bizantinos.
Bizancio, al igual que Roma, había sido edificada sobre siete colinas. Constantino eligió su emplazamiento por su carácter estratégico, puerta de entrada a Asia. En el siglo VI, con un millón de habitantes, era la ciudad más poblada del mundo. La vida giraba alrededor de la corte, la iglesia de Santa Sofía y el hipódromo.
Las carreras eran el deporte más valorado por el público y por los emperadores. En las carreras de carruajes se apostaban grandes cantidades de dinero, y toda la ciudad se dividía entre los seguidores del equipo de los Azules (Venetii) y los de los Verdes (Prasinoi). Había otros dos equipos de carreras, los Rojos (Rousioi) y los Blancos (Leukoi), que como el Atlético de Madrid y el Valencia se fueron debilitando gradualmente y fueron absorbidos por los dos equipos principales.
La rivalidad entre Azules y Verdes solía verse influenciada con las rivalidades políticas o religiosas, y en ocasiones los disturbios acababan en una guerra civil. Los más graves fueron los llamados disturbios de Niké ocurridos en el 532.
En el año 527 d.C., y con Justiniano ya en el poder, la ciudad de Constantinopla tenía como uno de sus edificios principales el hipódromo. El Hipódromo de Constantinopla fue el centro deportivo y social de Constantinopla que tenía una capacidad para 100.000 espectadores.
En el momento que comenzó su reinado Justiniano – un gran aficionado a las carreras y con un equipo favorito, el los Azules -, gustaba de ir al hipódromo. Para aquel entonces, y tal y como hemos señalado antes los equipos Rojos y Blancos estaban de capa caída. Sólo había dos equipos en la ciudad sobre los que valía la pena animar y seguir, los Verdes y los Azules.
Los Azules se situaban en el Hipódromo frente al palco del emperador, y cerca de las puertas de salida, y los Verdes en el extremo opuesto; y la rivalidad entre las dos partes era feroz e incontrolable.
En las carreras de caballos eran casi tan frecuentes las lesiones e incluso la muerte como en los combates de gladiadores. La multitud normalmente llegaba a un frenesí que conducía a enfrentamientos entre seguidores rivales.
Preocupado por el creciente nivel de violencia, Justiniano dirigió sus esfuerzos hacia los miembros más extremos de cada facción.
Eso sí, durante el mandato de Justiniano se manifestó una gran crisis económica. Ello llevo al emperador a subir los altos impuestos por lo que se imagen quedó deteriorada. Las carreras de caballos, a veces, sacaban lo peor de los habitantes de la capital bizantina especialmente entre los más fanáticos de los Verdes y los Azules.
Para el 13 de enero del año 532 estaba señalada la principal carrera del año que volvería a enfrentar a verdes y azules. Tres días antes de este evento deportivo varios miembros de los Verdes y los Azules la justicia bizantina había decido ahorcar algunos fanáticos seguidores de estos equipos que, además, eran contrarios al deseo del emperador de subir los impuestos. Se llevó a cabo la ejecución, pero un seguidor de los verdes y otro de los azules escaparon de la ejecución y encontraron refugio en una iglesia.
Al enterarse llegaron algunos de los seguidores de ambos equipos en su ayuda y exigieron el indulto del Emperador.
A medida que la competición avanzaba en el Hipódromo, aumentaba la hostilidad en los seguidores y comenzaron a canalizar su ira hacia el palco imperial.
En la carrera 22, las dos facciones habían encontrado una sola voz, cantando “Niké, Niké”, es decir “Victoria, Victoria”, o lo que es lo mismo, ¡A ganar!. Al ver el emperador que ambos seguidores, los de verdes y azules cantaban los mismo, decidió salir del hipódromo.
El Hipódromo de Constantinopla estaba conectado con el palacio por lo que el emperador buscó una rápida salida, al entender que los cánticos iban contra él, como una referencia a la victoria de la multitud sobre el emperador. Fue salir el emperador y extenderse la violencia por el Hipódromo y por las calles de la ciudad bizantina.
Los disturbios llegaron a ser tan graves que Justiniano no pudo abandonar el palacio e Hipatio, un sobrino del ex emperador Anastasio I, decidió aprovechar la oportunidad para proclamarse a sí mismo emperador.
En esos días de revueltas el hipódromo se convirtió en el centro de operaciones de enemigos del emperador que contaba con las principales figuras de los Verdes y los Azules dirigiendo los disturbios desde la seguridad del estadio.
Justiniano intentó una última maniobra para mantenerse en el poder.
Así que envió a uno sus hombres, Narsés, al Hipódromo. Narsés fue directamente a los Azules y les recordó que Justiniano también fue un defensor de los Azules. Les comentó Narsés que Hipatio era un fanático de los Verdes. Ante esto los Azules tuvieron que elegir entre sus tradicionales rivales deportivos y su odiado emperador. Sin embargo, el Emperador era uno de los Azules.
Ante el asombro de los Verdes, los Azules asaltaron el Hipódromo en defensa del emperador.
Tras varios días de violencia, que dejó casi la mitad de la ciudad bien quemada o destruida, el ejército se fue haciendo con el control de la ciudad y finalmente intentaron tomar el Hipódromo.
Con los Verdes bloqueados en el interior del estadio, el ejército irrumpió en el recinto. En total 30.000 manifestantes fueron asesinados. Ganaron los azules.
Hoy de ese hipódromo apenas quedan restos. Algunos son todavía visibles y se encuentran cerca de la Basílica de Santa Sofía. Hace poco en un programa de Energy, presentaron en un programa llamado ciudades bajo tierra sobre Estambul en donde el presentador entrada en los restos subterráneos de aquel hipódromo que contó con tanta animación , especialmente entre azules y verdes.